Moons of Darsalon, cuando los Lemmings conquistaron el espacio y hubo que ir a rescatarlos

  • Moons of Darsalon es un desarrollo ‘de un solo hombre’ que desprende un amor absoluto por los videojuegos clásicos

  • Dr.Kucho ha tardado 8 años en dar forma a su juego ideal, una mezcla de plataformas, acción y gestión para ‘salvarlos a todos’ al estilo Lemmings

  • Una obra maestra del pixelart, las físicas y los sintetizadores de música de 8 bits

Muchas veces nos sorprendemos por la calidad de algunos videojuegos creados por pequeños estudios independientes, que suplen su falta de medios y personal con montañas de talento, creatividad y miles de horas de esfuerzo y pasión. Pero aun es más impactante encontrar algunos grandes juegos creados por un solo desarrollador, ‘un solo hombre’ (o mujer) que se encarga de todos los elementos técnicos y artísticos, el diseño, la música, el código, todo. Algo mucho más complejo hoy en día que hace unas décadas, donde los desarrollos de una sola persona eran mucho más comunes (recordemos los títulos de los primeros microordenadores o el propio Tetris de Alexey Pajitnov).

En la actualidad tenemos ejemplos épicos como la versión primigenia de Minecraft por Markus ''Notch'' Persson,  Braid de Jonathan Blow, Dust: An Elysian Tale de Dean Dodrill, Papers, please de Lucas Pope, Stardew Valley de Eric Barone, Spelunky de Derek Yu, Her Story de Sam Barlow o Five Nights at Freddy's de Scott Cawthon. Y en nuestro país podemos citar a unos cuantos, como los geniales desarrollos de Locomalito (Maldita Castilla, si bien ayudado con las músicas y el audio por Gryzor87), el genial e incalificable Jacob Jazz (Baobabs Mausoleum) o la inminente ópera prima del animador nominado a un Goya Nacho Rodríguez, The Many Pieces of Mr. Coo. En esta lista patria está también Dr. Kucho! (Daniel Manzano), un desarrollador fuera de lo común que hoy nos muestra su título más exigente y que le ha llevado ocho años completar: Moons of Darsalon.

Tuve ocasión de coincidir con Dr. Kucho hace unos siete años, donde dimos unas charlas a estudiantes de grados de desarrollo de videojuegos en la Universidad de Las Palmas. Allí, Kucho ya había dejado a un lado su exitosa carrera en la industria de la música electrónica (sin abandonarla por completo) para pasarse a una pasión que le acompañaba desde niño: hacer videojuegos. Ya había publicado el título que le dio a conocer, el genial ‘Ghosts'n Djs’, pero nos mostró a todos los asistentes en lo que estaba trabajando: Moons of Darsalon, un proyecto que ya en aquella fase incipiente llamó, y mucho, mi atención.  

En estos ocho años de desarrollo nos hemos encontrado alguna vez más en algunas ferias y Moons of Darsalon seguía tomando forma, cada vez con mejor aspecto. Y es que, además del hecho de ser programado por una sola persona, el propio Dr. Kucho reconoce que ha tardado tantos años en tener listo el juego por su “enfermizo perfeccionismo”. Un perfeccionismo que se nota en todos y cada uno de los detalles que presenta este genial juego de estilo retro pero de mecánicas y físicas realmente complejas. Afortunadamente, en este lapso de tiempo tuvimos un anticipo, Pilots of Darsalon, un arcade basado en físicas que se lanzó en 2020 y que nos introducía en este pixelado universo de ciencia ficción. Pero ahora, ha llegado por fin el plato fuerte, os invitamos a explorar el genial Moons of Darsalon.

Salvar a los darsanautas

Moons of Darsalon tiene una premisa muy básica, inspirada en juegos clásicos míticos como los Lemmings: hay que intentar rescatar al mayor número de colegas posibles de las peligrosas condiciones que presentan la superficie de las ‘lunas de Darsalon’. Para ello, hay que liderar misiones de rescate e intentar conducirlo a salvo al interior de nuestra base. Esta dinámica de ‘salvarlos a todos’ es la que mueve el juego y es el objetivo principal de sus distintos niveles. Parece simple, pero estas lunas extraterrestres no nos lo pondrán fácil, primero por los peligros de su orografía, pero también por sus habitantes: despiadados y agresivos alienígenas.  

En cada uno de los niveles nuestro personaje es un darsanauta con iniciativa (no como el resto, que siempre están desorientados y asustados) que se propone caminar hasta su base y llevar con él al mayor número posible de colegas. Para ello contamos con distintos comandos de voz, que podemos expresar (pulsando un botón) alcanzando un área de distancia a nuestro alrededor o dirigiendo a un determinado punto con el stick analógico derecho. Estos comandos son ‘Sígueme’ (los darsanautas que lo escuchen formaran una fila ordenada tras nosotros e intentaran seguirnos a donde vayamos), ‘Adelante’ (los darsanautas seguirán una dirección e intentarán continuar caminando mientras puedan) y ‘Espera’ (los darsanautas se quedarán quietos en el sitio y nos esperarán). Pero, claro esto, esto no será un paseo.

Los darsanautas cuentan con una avanzada IA que incluye detección dinámica del terreno, cálculo de salto, sensibilidad a la luz e, incluso, comunicación entre ellos. Y ya hemos dicho que son muy asustadizos y cuentan con poca iniciativa (poco tienen que ver con aquellos Lemmings tontos que picaban piedra o no paraban de avanzar aunque se dirigieran a un abismo y una muerte segura). Así, muchos serán los obstáculos que les impidan seguirnos o caminar hacia donde les hayamos indicado: si entran en un sitio con poca luz y no ven por donde continuar se quedarán bloqueados y también si llegan a un saliente y les parece que la altura es demasiado grande como para saltar (una sabia decisión porque caer desde grandes alturas les provoca daño). Y cuando se encuentran con algún peligro, como algún alienígena hostil, pueden asustarse y salir corriendo como pollos sin cabeza. Así que nuestra misión es abrirles paso y conseguir dirigirlos a la base con seguridad, sin que sufran daño o mueran.    

Para ello tenemos que medir muy bien las órdenes que les damos y cuándo se las damos y además ayudarnos con una serie de herramientas que van apareciendo en los distintos niveles: una linterna, una pistola láser, una herramienta generadora de terreno, un jetpack y hasta distintos vehículos (terrestres y aéreos). Los niveles se van complicando, con intrincados terrenos plagados de cuevas y grandes cortados, pero también con estructuras artificiales de todo tipo que añaden variedad: escaleras, torres, plataformas que se mueven, ascensores o incluso plataformas de tele transporte.  

¡Nadie se queda atrás!

Hay que estrujarse el coco para resolver los distintos niveles, que nos exigirán un mínimo de darsanautas a salvo en la base para completarlo y pasar al siguiente (además hay objetivos extra para conseguir más puntos que incluyen salvar a todos, que lleguen sin un solo rasguño o completar el nivel sin utilizar alguna de las herramientas). Hay que explorar, encontrar a los desperdigados darsanautas y dar con las mejores rutas para llevarlos a salvos hasta la base. Para ello nos tocará eliminar amenazas con nuestra pistola láser, o crear agujeros en el terreno a base de tiros para abrir un nuevo camino. También podemos construir puentes con la pistola terraformadora, alcanzar lugares altos con el jetpack o utilizar vehículos para abrirnos paso y transportar un mayor número de compañeros.

Los niveles van complicándose con decenas de variantes y van ganando en profundidad y diversión. Muchos de ellos nos obligan a morir una y otra vez o perder a nuestros darsanautas y tener que repetirlo cambiando nuestra estrategia. Aprendernos el mapa y encontrar los recursos, rutas y herramientas necesarias nos ayudan a descubrir las mejores formas de completarlos. Llegar a la base con un buen puñado de darsanautas es todo un alivio. Ellos expresan su alegría con gritos (que aparecen escritos en bocadillos como los cómics) y con geniales bailes de la victoria en la pantalla resumen del nivel.  

Y es que el humor es una constante en el juego. Los darsanautas nos preguntan si tardaremos mucho en ir a ayudarlos, nos piden ayuda constantemente o dudan de nuestras habilidades u orientación si les hacemos dar muchas vueltas o tardamos en llevarlos a la base. Y todo esto da la sensación de que van cada uno a ‘su bola’, y de hecho lo hacen si se encuentran asustados o en peligro.

A nivel técnico Moons of Darsalon es una delicia, con gráficos que rebosan colorido y un peculiar arte pixelado, cargado de efectos dinámicos de luces y sombras. Una belleza que demuestra el amor de su desarrollador por los juegos clásicos y estas nuevas y modernas formas de dar vida a los pixeles gordos. Además, todo el juego se presenta como si se tratara de un juego de Spectrum en cinta de casette, con sus pantallas y chirridos de carga. El título cuenta con un generador de gifs con los mejores momentos de sus personajes y podemos aplicarle un filtro CRT si nos gusta sentirlo como un título de los 80.

Y, por supuesto, el audio del juego es uno de sus puntos fuertes, algo asegurado por la experiencia de Kucho en la música electrónica. Los efectos especiales, las voces sintetizadas y las melodías de 8bits (muchas de ellas versiones de canciones muy conocidas) son brillantes.

Y lo mejor de todo es que, una vez que hayas completado todos los niveles de la campaña del juego (cuya rejugabilidad está asegurada para intentar lograr todos los contenidos extra) puedes seguir jugando con nuevos niveles gracias al editor que Dr. Kucho pone a disposición de los jugadores. Puedes crear tus propios niveles y puedes descargar los niveles creados por la comunidad. Y el juego permite su conexión directa a Twitch y al Discord donde compartir todo entre los jugadores y amantes de Darsalon.   

En definitiva…

Moons of Darsalon es un título sorprendente, original y muy adictivo. Todo funciona, está diseñado con extremo detalle a cada pixel y destila amor por los videojuegos clásicos. Las mecánicas de conducir a los darsanautas con comandos de voz mientras nos estamos ocupando de las tareas de plataformeo, exploración y combate es una mezcla genial y cada nivel es un reto que te desesperará hasta que consigas superarlo. Moons of Darsalon ya está disponible en Steam para PC.

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