Análisis Road 96: Mile 0, una precuela algo descafeinada
La aventura narrativa que nos cautivó hace un par de años añade un capítulo a modo de precuela menos memorable
Menos peso en las decisiones morales y muchos minijuegos que nos sacan de la historia
Hace algo menos de dos años analizábamos Road 96, una peculiar aventura narrativa que nos llevaba al país ficticio de Petria y nos ponía en la piel de distintos jóvenes anónimos que se jugaban el tipo para huir de una nación oprimida por una férrea dictadura. Un juego que nos engañaba con múltiples caminos, tomas de decisiones constantes que alteraban el devenir del viaje y pedazos de la vida de unos personajes secundarios que le ponían salsa a la interesante historia del juego. Un título que no era perfecto, pero cuya originalidad llamo nuestra atención y ha conseguido labrar un hueco en la industria a su estudio de desarrollo, Digixart.
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Ahora, con este Road 96: Mile 0, el estudio quiere ofrecernos un poco más de detalle en la historia de Petria con una precuela, a través de los ojos de dos personajes, Zoe (a la que conocemos del primer título) y su mejor amigo: Kaito. Hace unas semanas ya os contamos las primeras impresiones de esta precuela en un avance tras jugar a una versión preliminar El juego, aunque vuelve a utilizar muchas de las mecánicas del título original, en realidad se aleja mucho de él. Es mucho más lineal, las decisiones morales afectan mucho menos al transcurrir del juego, cuenta con una historia menos interesante y se deja llevar por los minijuegos para alargar su experiencia. Sobre todo, en un minijuego que Digixart ha tomado de otro título suyo (Lost in Harmory, título del que viene el propio co-protagonista de esta aventura, Kaito), que no son más que fases musicales sobre railes que, a pesar de su belleza y su tono simbólico, nos saca constantemente de la aventura narrativa y no para bien.
Es cierto que el juego sigue tocando temas interesantes, confrontando a los dos amigos y sus mundos opuestos: Zoe es la hija de uno de los ministros del régimen dictatorial de Petria y vive en una burbuja de lujos que la impiden ver, al menos en un principio, la situación real en la que vive la gente de su país. Kaito es hijo de una familia de trabajadores, en la escala más baja de una sociedad oprimida bajo el régimen. Esto hace que vivamos tensiones entre ellos y que tengan que tomar decisiones importantes que les llevarán por un camino u otro. Aunque, como hemos dicho, estas decisiones parecen no alterar demasiado en devenir del juego (exceptuando algunas decisiones importantes en la última fase de la aventura).
La historia de este Mile 0 es mucho más lineal y hemos echado de menos ese cruce de caminos que dibujaban las historias de los protagonistas anónimos del primer juego. Esos caminos, esas aventuras paralelas se iban cruzando en algunos puntos e iban reconstruyendo las historias de cada uno de los personajes que, al final, constituían la narrativa general del primer título. Aquí las historias de Kaito y Zoe se cruzan y mezclan si, pero no hay demasiado misterio que desvelar en ellas. El juego sí nos permite tomar algunas decisiones y observar los conflictos morales y las dudas de los protagonistas, pero es un poco más aburrido y, sobre todo, previsible. Ya sabemos dónde va a acabar Zoe y la pregunta que intenta responder el juego es cómo terminará allí. En el caso de Kaito hay algunos interrogantes más, pero tampoco son una sorpresa que nos vuele la cabeza.
Y luego están esos momentos de fases musicales con nuestros protagonistas patinando sobre railes. Aquí hay que seguir el ritmo de la música para completar QTE’s y andar atentos para agacharnos y esquivar obstáculos. La dificultad es mínima y terminan siendo bonitas fases cargadas de simbolismo que intentan meternos en lo que se supone que sienten los protagonistas. Aunque lo que hacen es sacarnos un poco de la historia cada vierto tiempo. En estas fases también se nos obliga a tomar algunas decisiones, eligiendo el camino a seguir que, se supone, afecta al devenir de la historia (pero no demasiado).
En general, Road 96: Mile 0 es una entretenida precuela que puede ser un regalo para los que se enamoraron del primer juego. Permite volver a Petria antes de los acontecimientos narrados en Road 96 y revisitar algunas de las historias de algunos de sus personajes. Aunque pierde la chispa que hizo especial a su predecesor y se pierde en minijuegos que nos sacan un poco de su narrativa. En todo caso, otro buen argumento para tener en cuenta a estos desarrolladores que saben proponer videojuegos realmente distintos.