Análisis de I Was a Teenage Exocolonist: una aventura narrativa que reflexiona sobre la humanidad
El original juego de Northway Games y Finji nos invita a colonizar un planeta fuera del Sistema Solar
I Was a Teenage Exocolonist es una aventura narrativa con muchas decisiones y temas polémicos de fondo
El nuevo videojuego editado por Finji, que nos ha traído maravillas como Tunic o Chicory: a Colourful Tale, nos ha sorprendido muy gratamente con un nuevo lanzamiento, y eso que se trata de un género de juego que nada tiene que ver con los anteriores éxitos de la editora. I Was a Teenage Exocolonist viene firmado por el estudio independiente Northway Games y se trata de una aventura narrativa cargada de textos para leer, decisiones difíciles que tomar y un mensaje de fondo muy profundo y no exento de polémicas.
El juego nos pone en el papel de un adolescente humano que despierta a su nueva vida en un exoplaneta lejano, la primera colonia humana fuera del sistema solar. El título plantea una historia compleja y profunda, carga de decisiones importantes que irán cambiando la narrativa y que nos invita a jugar varias veces para conocer todos sus desenlaces posibles. Todo con un apartado artístico muy notable, unos elementos jugables extra asociados a una serie de cartas de habilidades que le dan un toque fresco y original y muchos, muchos textos y diálogos en pantalla. Lamentablemente todos ellos en inglés, ya que no llega localizado al castellano.
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La humanidad exportando sus errores
El tema de fondo que trata I Was a Teenage Exocolonist apunta a los errores cometidos por la humanidad en su planeta natal, la Tierra, que ahora pretende exportar a la primera colonia fuera del Sistema Solar. Por supuesto, esta historia de ciencia ficción nos narra el colapso de los recursos de nuestro planeta de origen y el esfuerzo por encontrar otros planetas similares donde poder asentarse y construir un nuevo futuro para la humanidad. Pero, al poco tiempo de aterrizar y comenzar a conocer la fauna y la flora del planeta ya estaremos tomando decisiones de calado que apuntan a lo peor de la naturaleza de nuestra especie: ¿es lícito colonizar otro mundo para asegurar la supervivencia de la especie?, ¿cometeremos los mismos errores que llevaron a la casi destrucción de la Tierra?, ¿la fauna, la flora y los posibles habitantes de ese otro mundo deben plegarse a las necesidades de la especie invasora?
Pero mientras nos hacemos todas estas preguntas trascendentales, nuestro personaje (al cual crearemos en un sencillo editor eligiendo su género, nombre y algunos elementos centrales de su personalidad) bastante tiene con hacerse a sí mismo otras preguntas igual de importantes, o más: todas aquellas que surgen en la adolescencia. El protagonista duda y se pregunta sobre qué quiere hacer con su vida en la colonia, que papel quiere desempeñar en esa pequeña y creciente sociedad, de qué tipo de amigos quiere rodearse y también cuál es su identidad de género y sexual. El juego afronta de una manera muy valiente la libre elección de estas características, permitiendo que nuestro pequeño o pequeña adolescente pueda definirse como persona queer o cualquier otro tipo de género y sexo, o elegir no definir ninguna de las dos cosas.
Un original sistema de cartas le da un toque RPG a esta aventura narrativa en la que, básicamente, tomaremos decisiones que conformarán el carácter de nuestro adolescente, además de tomar decisiones importantes que harán avanzar la narrativa y generarán cambios en el devenir de la colonia. Todo a través de 10 años completos en el mundo de Vertumna (cada uno ellos dividido en 13 meses). Eso nos hará vivir las experiencias de esta o este joven ‘exocolono’ desde los 10 a los 19 años de edad.
Las decisiones que vamos tomando van forjando la identidad de nuestro personaje, en todos los ámbitos, desde los personales o sentimentales hasta los asuntos que atañen a la vida en la colonia. Todas las decisiones, todas las cartas que irán variando nuestra personalidad y demás elementos de juego, afectarán a los amigos, al a familia y a todos los habitantes de la colonia. Mientras realizamos tareas cotidianas , exploramos el planeta e intentamos sobrevivir a diferentes peligros, la colonia y el propio planeta irán cambiando y, si sobrevivimos para ver cómo se transforma, podremos llegar a contemplar si es el mundo en el que soñábamos con vivir o por el contrario es otro planeta abocado al colapso como la Tierra.
Sin entrar en más detalles que arruinarían la experiencia, sólo queremos dejar claro que la dirección artística del juego es una maravilla, pintando todo con una paleta de colores que muestra este planeta alienígena como un cuadro de acuarelas. Después, el gameplay quiere recordar mucho a los RPG clásicos japoneses, con momentos explorando el terreno con una vista cenital y dejando a los extensos y trabajados diálogos con esas características pinturas en dos dimensiones del os personajes. Pero básicamente, estamos ante una aventura narrativa que nos da varias mecánicas jugables para que pensemos que es algo más.
En este sentido destaca una especie de batallas con las cartas que hemos ido acumulando y que resuelven todo tipo de eventos en el juego. Las cartas son recuerdos que hemos ido acumulando o conocimientos que hemos adquirido aquí o allá, en conversaciones con otros personajes o explorando el plan eta y realizando distintas actividades. Dependiendo de la cantidad de cartas que tengamos y cómo las combinemos podremos superar estos retos y abrir nuevos eventos y líneas narrativas.
Con estas mecánicas vamos avanzando, tomando decisiones que cambian por completo la historia y la experiencia de juego y que nos deja claro que aquí hay muchas posibilidades, muchas líneas narrativas profundas y que nos vamos a perder, a no ser que volvamos una y otra vez a rejugar el título. Lo único malo, otra vez, es que los textos se encuentran tan solo en inglés.
En definitiva…
I Was a Teenage Exocolonist es una atractiva y valiente propuesta que, desde la aventura narrativa y unos cuantos trucos que lo asemejan a un RPG, nos invita a decidir por completo cómo se va a desarrollar la vida de una colona adolescente de un lejano planeta fuera del sistema solar. Nuestras decisiones afectarán a todos los aspectos de su vida, desde los más íntimos y personales hasta los que afectan a la colonia y al propio planeta. Desarrollo científico, agricultura, ganadería, experimentación con alienígenas, política, guerra, genocidio, una historia de amor… todo puede ocurrir en el lejano y virgen planeta Vertumna.
*Hemos realizado este análisis con un código de I Was a Teenage Exocolonist para PC facilitado por ICO Partners.