Análisis de Children of Silentown, silencio y melodías en la ciudad de los niños perdidos

  • Children of Silentown es una aventura point and click con mucho encanto y muy poco convencional

  • Un singular y sorprendente relato que mezcla exploración, puzles y una ambientación al más puro estilo Tim Burton

Children of Silentown, el nuevo juego de Elf Games y Luna II Studio, es un título tan personal que roza lo “Timburtoniano” en aspecto, argumento y principios, pero que a la vez cuenta con una personalidad que lo hace dulce, delicado y todo un disfrute. Nos adentramos en este juego en el mundo de la narrativa. Y es que arrancar Children of Silentown requiere un reposo mental importante: olvidémonos de las emociones fuertes y rápidas. Pero no podemos caer tampoco en entender su look con un mundo pueril. Es un relato adulto, pero con la delicadeza de unos gráficos propios de película de dibujos. Es, repetimos, extraordinariamente particular. Procedemos con el análisis de este cuento de monstruos, que no resulta nada soft.

La sensación adulta que desprende el título nos llega cuando lo ejecutamos y vemos a los niños en un entorno encantador y a la vez propio de relato de Halloween. La reminiscencia de películas como 'El Bosque' (entorno puritano y no salgáis al bosque, ¡peligro! La disciplina nos mantiene vivos. Y aquí, además el silencio. Todo es silencio salvo por la música suave que nos acompaña) es clara, pero los ojos blancos de los personajes nos hacen volver la vista hacia experiencias estéticas como las vividas con Tim Burton y similares. La delicadeza narrativa nos lleva a ver cómo el apacible pueblo de colores apagados donde vive la protagonista, una adolescente que convive con sus padres, está rodeado por colores como el negro y el rojo sangre, que nos lanzan el mensaje de la muerte a los ojos. Algo que intensifica la presencia de un panel con fotos de niños desaparecidos, que han sido tomados por los monstruos de fuera. Por eso no pueden ni “levantar la voz”.

Los primeros momentos del juego nos hacen pensar que tal vez estamos ante un producto que cabalga muy cerca de un Harvest Moon o Stardew Valley tal vez, pero nada más lejos de la realidad, nos hacen recorrer la casa de la protagonista y los alrededores impregnándonos del ambiente familiar y cercano para que nos sintamos parte de la historia. Pero todo da un vuelco narrativo rápido, en el que empezamos a ser conscientes de que la cosa va de puzles (o eso pensaremos). Pero luego, los nombrados puzles nos llevan más allá: en una suerte de beso lejano hacia Zelda, vamos aunando notas musicales (en forma de pegatinas para el diario) que conforman melodías, que nuestra protagonista podrá cantar para desatar reacciones en los otros personajes (o para leer sus pensamientos), aunque esto, a su vez, provocará más puzles. La intensidad irá subiendo, pues algunas franjas narrativas nos harán simplemente, pulsar un botón con una acción relacionada, aunque no sea la que queramos.

Las animaciones son de lo mejor, jugando con los dibujos animados y sin salir de un delicado cel-shading que no quita la posibilidad de darnos planos cercanos a la protagonista y al entorno. Todo está dibujado, como decimos, carente de tridimensionalidad, pero con una personalidad particular. La dificultad es algo que debemos tratar: el juego es, francamente, fácil en lo que a tareas se refiere, centrándose casi al 100% (salvo alguna búsqueda que no demorará más de unos minutos) en que sigamos el argumento. Los niños desaparecidos en el bosque, los monstruos, la familia... todo se torna más que interesante en Silentown, que en pocas horas nos lanzará un relato completo, pero que sí que ha provocado a quien suscribe algún que otro cabreo al notar que algunos acertijos o minijuegos no estaban expresados de la manera correcta como para hacerlos sin perder los nervios, rompiendo, lamentablemente, el ritmo de la narración. Una vez que hemos mediado el juego, seremos ya conscientes de cómo funciona y de qué pauta de investigación debemos emplear para movernos por el escenario, todos bastante escuetos, pero muy, muy detallados y llenos de encanto.

En nuestro caso, hemos jugado a la versión de Xbox Series X/S, pero dado su estilo gráfico, no hemos podido acusar ni un ápice de problema, y el control con el mando es más que correcto, haciendo que el estilo point’n click funcione perfectamente también con un pad en las manos.

En definitiva...

¿Vamos a pasar miedo con Children of Silentown? No, en absoluto, es más bien un relato. Pero eso sí, efectivo, interesante y sobre todo, con un estilo agradable a la vista y al oído, pues amén de la traducción (de textos) al castellano, la banda sonora es excepcional, aunque también cargada de ternura, incluso en los momentos de mayor presión argumental o de aparición de seres sobrenaturales. Un título más que recomendado para fans de las aventuras centradas en la narración, y por supuesto para quien busque un apartado sonoro y visual a la altura de las circunstancias.

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