La producción de videojuegos basados en películas pasa por horas bajas. Pocos son las desarrolladoras que se animan a lanzar producciones basadas en el cine de animación o al menos en sus licencias. Durante las pasadas décadas vimos en consolas muchos, quizás demasiados videojuegos basados en estas producciones y de una dudosa calidad. La explotación de este tipo de productos y que parecían prácticamente cortados por el mismo patrón llevaba a los nostálgicos a recordar grandes entregas en la década de los noventa y por otro lado a los creativos a plantearse si lanzarlos o dedicar sus recursos a otros desarrollos.
El videojuego de hoy no llega directamente de una película, pero sí de la franquicia de 'Como entrenar a tu Dragón'. Dreamworks Dragones: Leyenda de los nueve reinos busca explorar otras formas de jugar algo distintas, recordándonos en cierto punto a la saga Skylanders por el coleccionismo y diversidad de criaturas mágicas y en otros casos envolviéndolo de la magia característica de la película de Dreamworks.
En esta ocasión, tendremos la posibilidad de disfrutar de la trama de Dragones: Los nueve reinos, popular serie de televisión entre el público infantil y que ya atraviesa su tercera temporada de emisión, cosechando unos buenos resultados de audiencia. Su videojuego no va excesivamente lejos de lo que, visto en entregas de este tipo, proporcionando una experiencia de acción, aventuras y puzles sin una excesiva complejidad para hacer las delicias a los más pequeños de la casa, que a son a grandes rasgos quienes disfrutarán más del título.
Como era de esperar, se tiene la posibilidad de controlar a muchos de los dragones que aparecen en la serie de televisión. Su trama nos llevará a viajar más allá de una misteriosa tierra denominada como el Mundo Oculto donde la familia de Trueno ha sido secuestrada. Esta es la excusa perfecta para recorrer una variedad de localizaciones que se encuentran plagadas de fuego y hielo para rescatar a su familia y amigos del enemigo. Estos lugares se encuentran repletos de peligros, pero al mismo tiempo de objetos que ayudarán a Trueno a extender sus habilidades y al mismo tiempo convertirlo en el más poderoso de los dragones.
Uno de los puntos negativos en cuanto a sus mecánicas jugables es la excesiva simplicidad de los niveles, llevándonos en todo momento a recorrer un escenario desde un punto a otro, sin apenas libertad de movimiento y pecando en muchos momentos de una excesiva linealidad. A pesar de esto, no son pocas las cosas que realizar en el transcurso de la partida ya que estos niveles se encuentran plagados de peligros como enemigos que no pondrán las cosas para nada sencillas. Este es uno de los principales motivos para que resulte entretenido, aunque por el contrario encontramos una resolución de puzles y acertijos excesivamente sencilla que se resolverán en un abrir y cerrar de ojos.
A pesar de ser muy fácil, esto adquiere una pequeña profundidad cuando se avanza en la trama y se desbloquean nuevos dragones que incorporan sus propias habilidades. Esto obliga a que se vaya interactuando entre unos u otros para resolver un determinado puzle consistente en utilizar un ataque concreto. Dentro de los niveles también encontramos una serie de gemas de colores que harán las veces de moneda de juego y que otorgan la posibilidad de desbloquear habilidades de un sencillo árbol. Este proporciona movimientos que aumentan más el daño que se realiza, al contrario, incrementar la vitalidad, atacar con un efecto al enemigo.
El cambio constante de dragones es algo realmente habitual a lo largo de los niveles, teniendo que utilizarlos para combatir o resolver puzles. Los enemigos son débiles a un grupo determinado de ataques, por ejemplo, los de hielo serán más vulnerables al fuego y a la inversa, por lo que a medida que tu grupo de personajes asciende, más posibilidades de salir victorioso. Esto aplica a otras zonas que ir desbloqueando o accediendo, aunque como mencionábamos anteriormente no ocultan ningún secreto. Las gemas, aparte de utilizarse para subir de nivel también proporcionan el desbloqueo de una versión desafío de este siempre que encontramos la de color azul y una naranja, que es la secreta de esta fase. Un absurdo lo encontramos al hallar esta última, que una vez desbloqueada obliga a jugar nuevamente todo el mapa al completo.
Técnicamente cumple, pero sin grandes alardes. La cámara es cenital y los escenarios tridimensionales, esto sobre el papel suena bastante bien, pero su principal problema lo hallamos en los cambios bruscos de esta, haciendo que pierdas de vista al dragón constantemente. Los diseños de los niveles no han sido excesivamente trabajados en cuanto a variedad, repitiendo patrones y cambiando elementos de fuego por hielo y proporcionando recorridos que varían un poco, pero no excesivamente. Por otro lado, los diseños de los dragones sí que han sido realizados fielmente a lo visto en la serie de televisión, luciendo toda su personalidad y con unas animaciones más que correctas. La banda sonora continúa pecando del mismo problema, temas que son repetitivos entre ellos y que acompañan a la acción.
Dreamworks Dragones: Leyendas de los Nueve Reinos es un videojuego que tiene un público más que concreto, los más pequeños de la casa y que sean fanáticos de la serie de televisión. Es una aventura entretenida pero excesivamente fácil, así como repetitiva y que comete fallos en su cámara y lo incomprensible de no incorporar un modo cooperativo. Tiene un buen elenco de dragones seleccionables al igual que multitud de niveles con secretos que descubrir y enemigos que derrotar.
*Hemos realizado este análisis con una copia de Dreamworks Dragones: Leyendas de los Nueve Reinos para PlayStation 5 proporcionada por Bandai Namco.