Análisis de Dakar Desert Rally, vive la prueba de conducción más dura del mundo
Vuelve el videojuego oficial del Rally más duro del mundo, tras cuatro años de ausencia, con un exigente mundo abierto para explorar
Dakar Desert Rally es un juego realmente entretenido, con un mapa descomunal y para pilotos con experiencia o sin ella
No se puede decir que el Dakar sea la competición más popular del mundo, y quizá por eso su presencia en videojuegos ha sido prácticamente anecdótica. Al menos lo fue hasta 2018, cuando Bigmoon Entertainment desarrolló Dakar 18, un título con varios problemas, pero que, por fin, recreaba la prueba más dura del mundo como nunca antes se había hecho, bien sea por limitaciones técnicas (necesidad de mapa enorme) o simplemente por la baja previsión de ventas, y que hizo las delicias de los fans de la prueba, dejándonos con ganas de más, mucho más.
Cuatro años después, y después de un tiempo sin noticias, el estudio, ya con otro nombre (Saber Porto) debido a la compra por parte de Saber Interactive, vuelve a ofrecernos una experiencia completa del Rally Dakar con un juego mucho más ambicioso que su predecesor.
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Tres ediciones del Rally Dakar en un sólo juego
Este Dakar Desert Rally parte de la base de Dakar 18, aunque no se conforma con ser una secuela al uso y va mucho, mucho más allá. Para empezar, debido al tiempo entre un juego y otro, aquí contamos con nada más y nada menos que 3 ediciones del Dakar: 20, 21 y 22. Todas las disputadas en Arabia Saudí hasta el momento después de su paso por Latinoamérica. Esto da lugar a unas cifras espectaculares para un juego de este tipo con un mapa de más de 20.000km2 (uno de los más grandes vistos en un videojuego), alrededor de 130 etapas y más de 150 vehículos repartidos entre las 5 categorías existentes: coches, motos, camiones, quads y SxS.
Esta variedad de vehículos queda ya patente nada más arrancar el juego, ya que la introducción del juego nos mete de lleno en el desierto con una etapa tutorial donde ya manejamos varios tipos de vehículos y vemos que no solo lucharemos contra la tierra, sino también contra el cielo, con unas condiciones climatológicas que se van endureciendo con el paso de los kilómetros. Realmente es una puesta en largo espectacular, y que hará las delicias de los fans de la prueba. Amor a primera vista.
Al final de esta prueba obtendremos experiencia y nuestros primeros Dakar Points (Puntos del Dakar - DP), ambos muy importantes y que marcarán no solo el desarrollo del juego, sino nuestra opinión del mismo, ya que hay decisiones que pueden no contentar a todos los jugadores, y enfadar especialmente a los jugadores más hardcore.
En el juego no tenemos un modo carrera como tal, donde crear a un piloto e ir subiendo de categorías y niveles hasta llegar a la cima. En Dakar Desert Rally tenemos un garaje, y tendremos que comprar los vehículos con los DP que obtengamos de las pruebas. Así, de primeras, podemos optar a unos pocos vehículos, generalmente de pilotos menos conocidos, pero que nos servirán para arrancar. No existe la posibilidad de crear un equipo o ni tan siquiera de jugar con nuestro nombre en el juego, solo pilotos licenciados de las 3 últimas ediciones de la prueba (más adelante llegará la posibilidad de editar diseños mediante una actualización). Si queremos optar a más vehículos tocará ganar más DP o bien conseguirlos en la ruleta de patrocinador que veremos al terminar una prueba (muy similar a las ruletas de Forza Horizon, incluso con 3 casillas, solo que aquí nos tocará elegir solo una de las 3). Los puntos de Dakar, además, también se usarán para reparar vehículos, bien durante las pruebas, en el Vivac o incluso en el garaje, ya que los daños se mantienen entre distintas pruebas.
Gana experiencia para correr el auténtico Dakar
Los otros “puntos” del juego son los puntos de experiencia, y aquí está la mayor polémica del juego. En Dakar Desert Rally ganamos experiencia con cada prueba, esta experiencia nos sirve para desbloquear otras pruebas más avanzadas… e incluso el modo simulación. De inicio tan solo tenemos dos dificultades disponibles: Sport y Profesional. En la primera veremos los puntos de control en el mapa, e incluso ayudas en el suelo al pasar por uno. Las instrucciones serán claras, la navegación resulta mucho más fácil, los daños serán muy suaves y los costes de reparación muy bajos, incluso la IA tendrá una dificultad más baja. Es un modo “fácil”, por así decirlo (que tampoco es que sea un paseo debido a las propias etapas de las que hablaremos después), muy similar a lo visto, por ejemplo, en Forza Horizon. En el modo Profesional, tocará guiarse únicamente por el roadbook, los daños y costes serán mayores y la IA nos pondrá las cosas más difíciles. Es una experiencia mucho más cercana al Dakar. En ambas dificultades hay ayudas, como por ejemplo reiniciar al punto de control anterior si nos perdemos.
Finalmente, en el modo Simulación la cosa se pondrá más seria, ya que obviamente no tendremos indicaciones más allá del roadbook, tanto los daños, como los costes y la dificultad de la IA serán máximos y obviamente no hay forma de ir a un punto de control anterior, pero, además, tendremos que gestionar la velocidad máxima de cada vehículo de forma manual si no queremos una sanción. Esta es la verdadera experiencia del Dakar y donde las cosas se pondrán duras de verdad… Además, es en Simulación donde tenemos disponibles las ediciones completas del Dakar para correr (tanto Sport como Profesional incluyen pruebas menores, cuya dificultad y duración va en aumento, pero sin llegar al rally completo).
¿Ganas de vivir el auténtico Dakar? Pues va a ser que todavía no, ya que no está disponible de inicio. Esta modalidad se desbloquea en el nivel 25, lo que nos costará en torno a 10 horas de juego. Un tutorial demasiado largo, ¿no? Pues ahí no acaba la cosa, ya que el nivel 25 nos dará acceso a unas etapas largas que se engloban bajo “Dakar Experience 2020”, en el nivel 26 lo mismo para 2021 y, por fin, en el nivel 27 se desbloquea el Dakar 20 que, de lanzamiento, no se puede jugar. Toca esperar a un DLC que estará disponible durante octubre (en teoría la próxima semana) y que extenderá el mapa de Arabia Saudí para poder correr el Dakar completo. ¿Cómo se puede sacar un juego incompleto y sin acceso al propio Dakar desde el inicio?
Sin duda, es el punto más polémico del juego y el que puede echar para atrás a muchos jugadores. El camino para el modo Simulación es realmente divertido, pero puede llegar a ser frustrante para jugadores más hardcore, que solo quieran correr el Dakar (que, por otra parte, es lo lógico en un juego llamado Dakar Desert Rally) y disfrutar (o sufrir) la prueba más dura del mundo. Para estos jugadores las horas anteriores pueden ser poco menos que un tutorial de algo que ya conocen, más si vienen de Dakar 18, donde el pico de dificultad era máximo desde el inicio. Eso sí, los jugadores que quieran ir poco a poco, tendrán horas y horas de diversión en el camino hacia la gloria, ya que en cuando pisamos terrero saudí, el juego es una delicia.
Un mapa descomunal para perderse
Si superamos esta frustración inicial, podremos seguir con nuestra relación con el juego después del flechazo de la prueba inicial. Es en la pista donde Dakar Desert Rally saca lo mejor de sí, especialmente por el gran protagonista del juego: el escenario. El tamaño del mapa es descomunal, pero está muy bien aprovechado y realmente tenemos la sensación de estar inmersos en todo un rally Dakar.
Es evidente que el Dakar ha cambiado mucho desde su salida de África. Lejos quedaron los desiertos enormes y las etapas interminables donde los tiempos se medían en “medias horas”. Ahora la prueba es diferente, mucho más rápida, pero con muchas trampas en cada curva o detrás de cualquier duna. Este “nuevo” espíritu se ha trasladado a la perfección al juego por parte de Saber Porto, con una etapas de lo más variadas. Tenemos zonas muy rápidas (donde seguir los rastros de los anteriores pilotos), zonas reviradas y, claro está, grandes zonas de dunas. Además, todo ello acompañado de una gran iluminación que da lugar a algunas zonas dignas de una postal.
Además, la climatología variable hace que las etapas sean imprevisibles, además de ofrecernos tomas espectaculares, especialmente durante las tormentas. Por lo general, es un juego donde se corre mucho, muchísimo, seguramente demasiado, y en muchas etapas prácticamente no soltaremos el acelerador. La clave es saber cuándo correr riesgos y cuándo no, ya que es posible que haya alguna piedra oculta o que la duna sea más alta de la cuenta y que no lleve a un accidente. Estos accidentes, en función del nivel de la dificultad, pueden ser más o menos graves, pero, como poco, nos van a costar varios segundos y algunos DP si queremos arreglar los desperfectos. Eso sí, hemos echado en falta algo más de contundencia en los accidentes, tanto por la física del coche (vuela demasiado) como en daños en el propio vehículo, que por lo general suelen ser bastante suaves para lo que debería haber sido.
Si queremos evitar los accidentes tocará estar muy atento a la navegación, el punto, quizá, más importante en el rally Dakar. Aquí hay diferencias muy importantes entre los tres modos de dificultad, si bien la base siempre será estar atentos al roadbook. El roadbook, al igual que en la prueba real, es el libro de ruta de cada etapa. En él se detallan los puntos de control de la etapa, así como los peligros existentes en ella. ¿Cómo sabremos dónde ir? Por lo general, contamos con un punto kilométrico (total y respecto al anterior punto de paso), un dibujo explicativo (por ejemplo, agua o unas rocas con la ruta marcada) y un CAP (rumbo magnético, indicado en grados). Con esto tocará buscar nuestra propia ruta. Realmente en ocasiones el juego da sensación de ser más un juego de supervivencia al volante/manillar más que un juego de conducción, ya que ésta parece quedar en un segundo plano.
Obviamente, la navegación es el punto fuerte del juego, de ahí que el modo Sport sea prácticamente un tutorial para muy novatos en el juego, ya que resulta excesivamente fácil seguir la navegación. A partir del modo Profesional, así como en Simulación, es donde la cosa se pone interesante. Al no tener clara la ruta, la velocidad media será mucho menor, ya que, además de pilotar, habrá que ir revisando el roadbook para encontrar el siguiente punto de paso. Por el camino, además, veremos a otros pilotos de la IA, que no siempre van en buena dirección o que incluso tienen accidentes de lo más aparatosos. Eso sí, aquí, a diferencia de Dakar 18, no hay posibilidad de bajarse del coche, así que todas las reparaciones se hacen únicamente desde los menús.
Navegar por el desierto saudí resulta de lo más divertido (y frustrante en ocasiones, pero es parte de la diversión de la prueba en sí), y realmente cuesta entender por qué el juego ha puesto tanto foco en el modo Sport y tan difícil el acceso al modo Simulación. Seguramente el intentar que el juego llegue a un mayor número de público sea la razón principal, pero se ha logrado en base a decepcionar e incluso enfadar a los verdaderos clientes potenciales del juego: los fans del rally Dakar. Eso sí, inexplicablemente el juego viene con un bug de lanzamiento, por el que en ocasiones el roadbook y las instrucciones del copiloto no se sincronizan correctamente y las órdenes que recibimos por voz no coinciden con lo que vemos en el libro de ruta. ¿Dónde están los QA del estudio?
Las sensaciones al pilotar
Otro punto donde el juego se nota algo más simple respecto a Dakar 18 es en el manejo. No es que el anterior juego del estudio fuera un simulador, pero aquí hemos notado que el juego se deja manejar mejor, también debido a que las pistas, en su mayoría, son menos enrevesadas que en Dakar 18 (recordemos que éste estaba basado en el rally Dakar cuando todavía se corría en Latinoamérica). El manejo resulta muy divertido, aunque las físicas no están a la altura.
Los vehículos son algo toscos (quizá por su conducción en arena) y algunas reacciones resultan algo extrañas. Es algo que no se nota en exceso ya que la gran parte del tiempo iremos con el acelerador a tope, pero que notaremos cuando haya un giro cerrado o incluso una frenada de emergencia. Otro punto negativo en el manejo es lo poco que se traslada el escenario al mando o incluso al volante. En un juego con un terreno tan irregular uno espera algo más de “sensaciones”, bien sea en forma de vibración en el mando o con “latigazos” más fuertes del volante, realmente cuesta sentir la pista en las manos. Eso suponiendo que nuestro volante funcione de lanzamiento, ya que el soporte para volantes está todavía en desarrollo. La mayoría de volantes de Logitech o Thrustmaster funcionan, pero el soporte para Hori o Fanatec tendrá que esperar. Un error que ya ocurrió en Dakar 18 y que, cuatro años después, se vuelve a repetir.
Al menos, eso sí, sí que notamos diferencias entre las distintas categorías, ya que, por ejemplo, los camiones se sienten más pesados que los coches y, a su vez, los SxS se notan más ágiles que los coches. Por otra parte, las 4 ruedas del quad hacen que se note una mejor tracción respecto a las motos. Hay que tener en cuenta también que las diferencias entre vehículos no solo están en el manejo, ya que tanto en quad como en moto iremos solos, sin copiloto que nos lea el roadbook.
La pista, eso sí, la sentimos perfectamente gracias al apartado visual. Entrando en detalle no se puede decir que estemos ante un título que destaque en nada, pero el conjunto es realmente espectacular. La inmensidad del escenario, el horizonte, los tonos de luz, la lluvia, los rayos… El entorno de Dakar Desert Rally es toda una joya. Los paisajes son impresionantes y harán que perdonemos detalles como algunas texturas muy pobres o incluso una iluminación que hace algunos extraños en etapas de noche.
Los modelados de los vehículos son más que correctos, no así el de los pilotos, que son bastante genéricos y no son reconocibles en el podio. Puntos bastantes perdonables dando lo basto del escenario y la belleza de los paisajes. Se echa mucho de menos un modo foto e incluso poder ver repeticiones de las etapas, algo que no estará disponible hasta 2023 (de forma gratuita, eso sí). No tan perdonable resulta el pobre rendimiento. En consolas de nueva generación contamos con dos modos gráficos: resolución y rendimiento, pero ninguno ofrece una buena experiencia. El modo resolución no soluciona los pequeños problemas gráficos que nos encontramos y además está limitado a 30fps. El modo rendimiento baja la resolución a costa de llegar a los 60fps en teoría… pero es algo que no ocurre muy a menudo, y tenemos unas bajadas de framerate bastante pronunciadas, que a veces llegan a afectar a la jugabilidad. Estos problemas de rendimiento afectan también a la versión de PC, por lo que el equipo tiene trabajo por delante. Trabajo que ya debería estar hecho para el lanzamiento.
Y más allá de esto, la verdad, no hay mucho más. No hemos hablado de la posibilidad de correr una etapa única editando las condiciones a nuestro gusto simplemente porque no existe. También se ha quedado por el camino el prometido editor de rutas, que debería llegar durante este año. Si que tenemos un mono online donde correr contra otros 3 jugadores en partidas rápidas o personalizadas. Aquí la gran novedad es la posibilidad de entrar a una etapa ya empezada y una opción muy curiosa, que es manejar al helicóptero una vez llegamos a la meta, para observar desde las alturas a los jugadores restantes. Eso sí, hemos tenido problemas de rendimiento graves jugando online, con bajadas por debajo incluso de 15-20fps.
En definitiva...
Dakar Desert Rally me ha encantado, es evidente, pero también me ha dejado una sensación muy agridulce, ya que en ocasiones parece un juego hecho a medias, con una salida prematura y que no sabe muy bien a qué público dirigirse. Con algunas actualizaciones el juego podría haber salido mucho más pulido y dejar un mejor sabor de boca. Con todo, y siempre que tengamos paciencia para lograr una verdadera experiencia del Dakar, tenemos un título divertido, con un escenario espectacular que hace honor a la prueba en la que se inspira y que será nuestra mayor motivación, pero también nuestro mayor enemigo durante las pruebas.
Tiene fallos sí, algunos que se podrían haber solucionado simplemente con unas semanas más de desarrollo, pero no deja de ser un regalo para todos los fans del rally más duro del mundo. El futuro, además, es de lo más prometedor, con un roadmap que incluye nuevas opciones, packs de vehículos y hasta un nuevo mapa inspirado en Estados Unidos. A poco que os guste la temática, dadle una oportunidad, os enamorará, y encima sale a precio reducido.
*Hemos realizado este análisis con una copia para PlayStation 5 de Dakar Desert Rally facilitada por Saber Interactive.