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Una nueva aventura nos espera en la Isla de la Armadura, una localización que podemos desbloquear si nos hacemos con el pase de expansión de Pokémon Espada y Escudo. Allí podremos encontrar nuevas especies de Pokémon (y otras que ya conocemos de anteriores generaciones), una zona abierta para explorar, diversas novedades jugables, algunas sorpresas y, en definitiva, una historia adicional de unas 4 horas de duración para vivir y disfrutar. Tras haberlo jugado en profundidad, a continuación os presentamos un análisis de este primer DLC que llega al título de Nintendo Switch para averiguar si vale la pena regresar junto a nuestro equipo Pokémon para enfrentarnos a nuevos desafíos.
Con tal de iniciar nuestra aventura tenemos que dirigirnos a la estación de tren de Par y subirnos al transporte aéreo que nos llevará hasta la Isla de la Armadura, conocida por albergar un Dojo al que entrenadores y entrenadoras de Galar y otras regiones acuden para fortalecerse tanto a sí mismos como a sus Pokémon. Al salir de la estación llegamos directamente a una zona abierta y con un solo vistazo a nuestro alrededor encontramos un paisaje que destaca por su combinación de mar y montaña.
Sin embargo, a medida que exploremos la isla a pie o montados en nuestra bici Rotom descubriremos que este trozo de tierra en medio del océano es mucho más que eso. Prados verdes repletos de vegetación, bosques parcialmente sombríos, llanuras arenosas en las que se levantan tormentas, oscuras cuevas y pequeñas islas independientes esperan a ser descubiertas por una serie de entrenadores apasionados que llegan al lugar con el afán de ampliar sus propias fronteras personales.
Su tamaño total es algo superior al del Área Silvestre que se encuentra en el centro de la región de Galar. Además, cuenta con una mayor variedad de zonas distintas y, al tratarse de una isla, también nos esperan muchas más áreas de agua, algo que se agradece para poder atrapar a diversos tipos de criaturas Pokémon de este tipo. A pesar de que en un inicio nos pueda parecer un tanto enrevesado y abrumador el hecho de movernos de una zona a otras de la isla, no tardaremos en aprendernos los mejores atajos y en desbloquear el viaje rápido de una punta a otra del lugar, algo que se agradece cuando avanzamos lo suficiente en la historia principal de la expansión.
Además, se ha añadido un incentivo coleccionable para motivarnos a explorar cada rincón de la gran isla más allá de capturar nuevos Pokémon. Un NPC montañero procedente de Alola nos pedirá que encontremos hasta a 150 Ditto perdidos las diversas zonas y a cambio nos entregará diversos Pokémon con formas alternativas de otras regiones. Aunque sea algo tedioso el cumplir el lema de la saga y “hacernos con todos”, vale la pena si nuestro espíritu de entrenadores está ligado a la captura de todos los tipos de Pokémon posibles.
Cuando se hizo oficial que la Pokédex de Galar presente en Espada y Escudo estaría limitada a tan solo 400 Pokémon, fueron muchos los jugadores que mostraron su descontento acerca de no poder encontrar muchas de las especies que sí estaban disponibles en generaciones anteriores. Por ello, en esta expansión (y entendemos que también en la siguiente, Las Nieves de la Corona), el número de Pokémon disponibles en la Pokédex crece en más de 115 especies. Todavía no conocemos el número total exacto, ya que se van desbloqueando poco a poco en nuestra propia Pokédex a medida que los avistamos, pero no hay duda en que se trata de un buen número.
Por poner algunos ejemplos, entre estos Pokémon que aterrizan en Espada y Escudo encontramos a algunos de las primeras generaciones como Bulbasaur, Squirtle, Scyther, Jigglypuff, Psyduck, Abra, Miltank y sus correspondientes evoluciones, además de otros algo más modernos como Zorua, Litten, Rowlet y Popplio entre otras variantes de Alola u otras regiones. Tan solo por esta apartado creemos que ya vale la pena hacerse con la expansión, ya que proporcionará una nueva misión principal a los entrenadores más completistas que ya reunieron a las 400 criaturas de la Pokédex base de Galar.
Algo que se ha añadido en este DLC y que esperemos que se mantenga en la próxima expansión y en el futuro de la saga Pokémon es el hecho de poder llevar a un Pokémon (el que llevemos primero en el grupo) fuera de la PokéBall y que nos siga allá a donde vayamos. Se trata de una función que no está disponible en el juego principal y que en su momento no comprendimos por qué no estaba implementada, ya que los modelos de los Pokémon ya están hechos debido a que muchos de ellos aparecen de forma salvaje.
Además, una nueva receta, la Maxisopa, llega al juego para permitirnos dársela a ciertos Pokémon con la capacidad de obtener una forma Gigamax. Con ello evitaremos tener que sumergirnos en decenas de incursiones con el objetivo de atrapar a una criatura especial que cuente con esta habilidad y podremos lograr que consiga esta transformación simplemente al darle de comer una de estas curiosas sopas.
La misión principal que nos encargarán en el Dojo es algo sencilla y predecible y nos llevará aproximadamente 4 horas completarla. No esperéis grandes sorpresas a nivel argumental ni giros como los que vimos en la trama principal. Aun así, creemos que es lo suficientemente variada como para mantenernos interesados e invitarnos a explorar varias localizaciones de la Isla, conocer a un nuevo abanico de personajes, disputar unas cuantas batallas y descubrir las nuevas funcionalidades jugables que se han añadido con la llegada de esta expansión.
Además, podremos conseguir un Squirtle o Bulbasaur especial Gigamax (tenemos que escoger el que prefiramos de los dos) y a Kubfu, quién sin duda es la estrella de esta expansión. Se trata de un Pokémon con aspecto de oso karateka, de tipo lucha, que puede evolucionar a Urshifu en estilo Brusco (lucha-siniestro) o bien Fluido (agua) si lo llevamos a entrenar a una de las dos torres que encontramos en la Isla. Sin embargo, no será coser y cantar, ya que tendremos que estrechar nuestra relación con él y subirlo hasta el nivel 70 antes de poder enfrentarnos a la serie de combates que nos esperan en la torre que escojamos.
En nuestro caso tratamos de superar a nuestros adversarios con un nivel menor al recomendado y nos resultó una tarea imposible, ya que en el combate final nuestro contrincante insistió en repetir una estrategia férrea basada en usar el movimiento Derribo con tal de no dejarnos respiro para curarnos y contraatacar al turno siguiente. Este es el único combate que nos ha supuesto un ligero reto, ya que el resto de enfrentamientos que encontramos en la expansión han sido coser y cantar. Eso sí, cabe mencionar que esto es debido a que al llegar a la Isla de la Armadura el nivel de nuestro equipo Pokémon no se regula ni desciende, por lo que si llegamos con una fuerte alineación compuesta por criaturas de nivel 80-90 no nos resultará nada complicado vencer a las de niveles 60-70 que nos esperan.
Por otro lado, en el “endgame” de la expansión quedará desbloqueado un nuevo modo llamado “Prueba Ceñida” que sí puede suponer un reto. Básicamente se trata de combatir con un equipo Pokémon compuesto por 3 criaturas del mismo tipo con el objetivo de lograr 5 victorias consecutivas y con tan solo un par de oportunidades de curar a nuestro equipo entre combates. En función de lo bien entrenados que tengamos a nuestros Pokémon y del tipo que escojamos, supondrá un reto mayúsculo o uno algo más ligero.
Por todo ello, podéis comprobar cómo las 4 horas que nos llevará completar la misión principal no tardarán en multiplicarse en función de las preferencias de cada jugador. ¿Queremos atrapar a todas los Pokémon nuevos que se han añadido a la Pokédex? Nos llevará varios días. ¿Preferimos centrarnos en combatir en el Dojo a través de la Prueba Ceñida? Adelante. ¿Nos apuntamos al reto de encontrar los 150 Ditto que se esconden en cada rincón? A explorar la Isla de la Armadura se ha dicho.
Gráficamente la expansión mantiene el mismo nivel que el juego principal. No es de lo más potente que podemos encontrar en el catálogo de Nintendo Switch, pero aun así es de agradecer el nivel de detalle que se pone en ciertos aspectos como en las animaciones en combate, los interiores de edificios y demás. Por otro lado, al contar con un horario real, la iluminación irá cambiando a lo largo de cada jornada y podremos disfrutar de noches estrelladas, días soleados, tormentas de lluvia y amaneceres rosados en el juego.
Al poder sacar a los Pokémon de su PokéBall nos hemos encontrado con pequeños errores técnicos o bugs ligeros en los que se quedan atascados entre unas rocas o en la base de una rampa debido a no poder seguir nuestros pasos con una precisión absoluta. Aun así, no hemos presenciado nada grave que nos impida progresar con la partida, por lo que podemos afirmar que su apartado técnico tampoco ha sufrido grandes cambios respecto a la versión principal del juego.
Por último, el apartado sonoro se ve nutrido con una serie de temas nuevos que se añaden a la banda sonora, además de diversos efectos de sonido que nos harán sentir que realmente nos encontramos en un Dojo japonés entrenando nuestras habilidades de combate. Acompañado por una localización al español excelente y con múltiples toques de humor, todo ello supone una experiencia que hace honor al calificativo de expansión.
La Isla de la Armadura nos proporciona una nueva aventura en la región de Galar. Podremos ampliar nuestra Pokédex con cientos de criaturas que ya conocemos de anteriores generaciones, descubrir a otras nuevas y explorar una gran área abierta con ambientes distintos en los que perdernos. Su misión principal es algo sencilla y lineal y apenas nos llevará 4 horas completarla, pero nos desbloqueará nuevas opciones jugables y por ello ya valdrá la pena. Además, este tiempo se ampliará en gran medida cuando descubramos todo lo que hay por hacer en este DLC. Si bien no es la mejor expansión que ha dado de sí el medio, es un arranque notable para los contenidos adicionales que empezará a recibir la franquicia Pokémon de ahora en adelante.