Este miércoles, 'Viajeros Cuatro' ha cerrado su sexta temporada con un viaje inolvidable a Ciudad del Cabo, una ciudad portuaria en la costa oeste de Sudáfrica, en una península bajo la imponente Montaña de la Mesa.
Junto a Karina Tejerina, que llegó a Ciudad del Cabo desde Buenos Aires hace diez años para trabajar como guía calificada en español, hemos podido conocer Bo-Kaap, un barrio pintoresco y lleno de vida, repleto de fachadas con los colores más vivos que hemos visto jamás, un lugar multicultural, pero con dominancia de inmigrantes, en definitiva, una zona que merece ser visitada.
Bo-Kaap o el barrio de las casas de colores de Ciudad del Cabo, se encuentra a los pies de Signal Hill, a poca distancia del Parlamento. Es uno de los rincones más llamativos de la ciudad. No sólo llama la atención el color de sus casas sino también sus calles empedradas, la presencia de mezquitas (el 90% de sus vecinos son musulmanes) o el pausado deambular de sus habitantes. Toda esta mezcla hace que valga la pena llegar hasta ahí para alegrarse la vista con semejante explosión de color y carácter.
Una red de callejuelas flanqueadas por casas de atractivos colores te adentran en un barrio habitado por los descendientes de aquellos esclavos que llegaron a Ciudad del Cabo durante los siglos XV y XVI. Los colonos holandeses prohibieron esclavizar a los negros locales y por ello la Dutch East Indian Trading Company trajo esclavos de diversos puntos de Asia tal como Malasia, Indonesia, India o Sri Lanka para trabajar en Ciudad del Cabo. En esa época numerosas 'Huisjes huur ' fueron construidas y arrendadas por esclavos.
El barrio de Bo-Kaap fue el lugar donde la mayoría de los antiguos esclavos fueron alojados allá por el 1834 cuando los británicos abolieron la esclavitud. En el siglo XX y durante el Apartheid (1944 – 1990), palabra que en africaans significa separación, fue una zona exclusiva de residencia musulmana. Aquellos que profesaban otra religión tuvieron que marcharse a otras zonas de Ciudad del Cabo.