La oficina de derechos humanos de la ONU ha comunicado este viernes 11 de marzo que ha recibido "información creíble" de que las tropas rusas han usado en varias ocasiones bombas de racimo en áreas pobladas de Ucrania. Además el uso de este tipo de armamento podría constituir un crimen de guerra.
"Debido a sus efectos de amplio alcance, el uso de municiones de racimo en áreas pobladas es incompatible con los principios del derecho internacional humanitario que rigen la conducción de los enfrentamientos", ha asegurado Liz Throssell, portavoz del Alto Comisionado de la ONU.
Las bombas de racimo están formadas por un caparazón hueco que estalla en el aire, dispersando decenas o incluso cientos de "explosivos" más pequeños en un área extensa.
Guillermo Pulido ha asegurado que hay evidencias gráficas de que se ha utilizado este armamento, "además la ONU habrá enviado personal para cerciorarse de que eso es así".