El hallazgo del cuerpo sin vida de la pequeña Olivia, una de las dos niñas que desaparecieron en Tenerife hace 44 angustiosos días, ha confirmado los peores temores de la familia y de la Guardia Civil: que fueron víctimas de un terrible parricidio.
A falta de que se encuentren también los cuerpos de Anna, la preciosa bebé, y del presunto asesino, Tomás Gimeno, estas dos hermanas se han convertido en dos nuevas víctimas de la violencia vicaria: aquella en la que uno de los progenitores utiliza a los hijos para hacer un daño irreparable al otro progenitor.
Este suceso ha conmocionado a toda España (hasta la reina Letizia ha mostrado su condena) y ha avivado el debate de la violencia de género (con Olivia, ya son 41 menores asesinados en España por violencia vicaria), quedando clara la intención que tenía Tomás Gimeno al llevarse a las niñas cuando le mandó este mensaje a su mujer:“No las vas a volver a ver jamás”.
En ‘Todo es mentira’, el eurodiputado Javier Nart no le ha dado importancia a la forma de denominar este tipo de violencia, sino que él se fija “en el contenido” y Marta Flich se lo ha dejado claro: “Esto es violencia machista, es una lacra y hay que llamarlo por su nombre”.