Los moderadores de las redes sociales están al límite. Hay personas que se encargan de filtrar el contenido audiovisual que vemos en las redes, pero uno de ellos asegura que “debido a la crudeza de lo que ha visto, tiene secuelas psiquiátricas”: “No puedo salir a la calle”.
La persona con la que hablamos en 'Todo es mentira' ha estado más de un año trabajando revisando los videos que los usuarios subían a Instagram y Facebook. Al día, solía revisar unos 400 contenidos y, para dejar constancia de la censura, debía verlo varias veces. Este es parte de su testimonio.
“Si pudiera volver al pasado, no volvería a trabajar ahí. He visto contenido de muertes, suicidios, durante todo el día. Asesinatos brutales, terrorismo, tortura, pornografía, pedofilia… lo peor de la naturaleza humana. Todo eso se ha quedado en mi cabeza”, confiesa.
Este y otros trabajadores han denunciado a la empresa que les contrató porque no les avisaron de lo duro que sería su trabajo y sienten que han “vulnerado los derechos de los empleados”. Concretamente, “sufren patologías crónicas” y “presenta una querella por delitos contra los derechos de los trabajadores, delito de lesiones por imprudencia grave y contra la integridad moral".