Emilio Aperribay, uno de los últimos supervivientes del bombardeo que tuvo lugar en Gernika en abril de 1937, ha concedido una entrevista en ‘Todo es verdad’ para hablar de cómo vivió en sus propias carnes aquel suceso que marcó nuestra historia.
El entrevistado ha aseguraba que, al escuchar las sirenas, su padre y su hermano huyeron a un refugio, mientras que él y su madre echaron a correr para intentar evitar los bombardeos y el resto de ataques aéreos. “Mi madre iba escondiéndose los aviones que iban ametrallando. Nos iban ametrallando y veíamos cadáveres”, explicaba.
En cuanto a su hermano y su padre, Emilio explica que pudieron resguardarse en un refugio. Sin embargo, allí tampoco pudieron salvarse de los bombardeos, ya que una bomba cayó en el lugar en el que estaban.
Ni el hermano ni el padre de Emilio perdieron la vida, pero sí que sufrieron algunas consecuencias de aquel bombardeo: “Mi hermano tiene una cicatriz de la metralla de la bomba y mi padre sufrió muchas heridas en la espalda”.