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En la geografía española se pueden encontrar pueblos con todo tipo de peculiaridades –construidos bajo la roca, con las caras de sus vecinos pintadas en las fachadas…–, aunque solo hay uno al cual se accede a través de una cueva natural.
Hablamos de la aldea asturiana Cuevas del Agua, cuyo único acceso es posible cruzando no un túnel, sino una cueva. De hecho, es probablemente de las pocas cuevas por las que se puede circular en coche al tiempo que se observan estalactitas y estalagmitas.
Como se puede adivinar, Cuevas del Agua ha tenido esta peculiaridad a lo largo de su historia, de tal manera que los lugareños y visitantes solo llegaban hasta sus calles cruzando la Cuevona, apelativo que dan a la cueva que les proporciona un acceso natural. Con el tiempo, las necesidades propias de una población provocaron que se construyera una pequeña carretera a lo largo de la propia cueva, convirtiéndose así en la vía de contacto con el exterior.
Ha sido recientemente, con las redes sociales, cuando multitud de parajes singulares han ganado fama gracias a la viralización de algunos contenidos. Eso ha provocado que cada vez se acerquen más turistas a sitios que en otros momentos han pasado inadvertidos. Y eso es lo que ha ocurrido con Cuevas del Agua, bien por desconocimiento, bien por la cantidad de atractivos turísticos que es posible encontrar cerca, como la bella localidad de Ribadesella, las playas del oriente asturiano o el descenso del río Sella que transcurre cercano a la aldea.
La peculiaridad que ha dado renombre a Cuevas del Agua es la carretera que cruza la cueva a lo largo de unos 300 metros angostos en los que es posible presenciar todo tipo de formaciones calcáreas. Además, la iluminación provoca que la experiencia sea mucho más satisfactoria, de tal modo que parece que el automóvil se ha colado en una especie de paisaje onírico. Y es que, estamos acostumbrados a cruzar túneles en coche, pero no cuevas.
En cuanto al paraje en el que se encuentra ubicada, ocurre como en casi toda Asturias, que destaca por la belleza del entorno. Ya hemos apuntado que la aldea se levanta en la orilla occidental del río Sella, en una zona con mucha vegetación.
Sin embargo, la Cuevona no es todo en Cuevas del Agua. Tal y como informa la web Asturias.com, “se trata del pueblo del municipio con mayor número de hórreos. Junto con las cercanas poblaciones de Tresmonte y Xuncu ofrece numerosos elementos etnográficos y muestras de arquitectura tradicional”.
Además, desde esta localidad parte la Ruta de los Molinos, un paseo por un paraje natural en el que se pueden observar algunos antiguos molinos con los que se sacaba todo el partido posible a las corrientes de agua en el pasado.
Llegar en coche hasta este túnel-cueva no resulta complicado, ya que está a solo 16 minutos de Ribadesella y a poco más de media hora de Arriondas. Eso sí, hay que tener presente que el pueblo es de pequeño tamaño y, por lo tanto, cuenta con pocas plazas de aparcamiento. Así pues, si se da el caso de que la afluencia de visitantes es muy elevada, conviene tratar de aparcar antes de la Cuevona y recorrerla a pie –con cuidado de no entorpecer la circulación de los automóviles, claro está–. A fin de cuentas, lo que interesa de este tipo de lugares singulares es que se conserven y permanezcan tal y como han logrado su popularidad. Y es que, una afluencia grande de personas y una carencia de cuidados, puede provocar su fin.