Cada noche nos maravillamos con la inmensidad que se dibuja sobre nuestras cabezas. Cuando el Sol se esconde podemos deleitarnos con los cuerpos celestes que pueblan el firmamento. Satélites, planetas, cometas y un sinfín de estrellas se dibujan sobre nuestras cabezas. Y es muy probable que nunca nos hayamos preguntado a qué huele el universo. Porque obviamente, todo lo que está más allá de la atmósfera de la Tierra tiene un olor que solo los astronautas han comprobado y algunos científicos han elucubrado.
Obviamente la pregunta es demasiado ambiciosa, toda vez que el ser humano no ha llegado más allá de la Luna y las sondas que recorren el sistema solar no son capaces de captar los olores como lo haría nuestro sentido del olfato. Por lo tanto, nos tenemos que conformar con conocer las impresiones de aquellos astronautas que han tenido la oportunidad de comprobarlo de primera mano en una zona ínfima si la comparamos con la inmensidad del universo.
Uno de esos astronautas que han intentado describir el olor del universo fue Don Pettit, quien expuso que la sensación era metálica pero agradable, con tonos dulces. De hecho, el aroma le recordaba al de la soldadura después de utilizar un soplete. Esto podría deberse al ozono, pero no hay una explicación exacta del porqué de ese olor.
Thomas Jones es otro astronauta de la NASA que se detuvo en las percepciones olfativas que le produjo el espacio. En su caso destacó precisamente el olor a ozono y a pólvora. A Jones le parecía que el aroma que se desprendía era sulfuroso, parecido a cuando se dispara un arma de fuego.
Por su parte, el astronauta canadiense Chris Hadfield no dudó en comparar el olor percibido en el espacio exterior al que se obtiene en una barbacoa. Concretamente habló de un olor metálico similar al de la carne quemada. Además, también mencionó el ozono. Y es que, como se puede comprobar, las sensaciones son muy similares entre los que han tenido la oportunidad de surcar el espacio.
En cambio, el astronauta Tony Antonelli no se aventuró a comparar lo que había olido con algo presente en la Tierra. De hecho, consideró que el olor del espacio era único y fuerte, y que no se asemejaba a nada que había olido antes. Por lo tanto, Antonelli se centró en la singularidad de este olor.
Un testimonio similar lo proporcionó la astronauta Peggy Whitson, quien comentó que el espacio huele a una mezcla de ozono, metal caliente y gases quemados, comparándolo también con el olor de la soldadura al que hacía referencia Don Pettit.
Más allá en las reminiscencias olorosas fue el químico de la NASA Steve Pearce, quien se atrevió en 2020 a crear un perfume basado en los aromas extraterráqueos al que denominó “Eau de Space”. En él se optaba por una mezcla de pólvora, carne asada, frambuesas y ron. Sin duda, una combinación tan atrevida como extraña.
Otros olores del universo
Más allá de la experiencia de los astronautas más allá de la atmósfera terrestre, la otra fuente para saber cómo huele el universo proviene de las investigaciones que se han hecho de otros planetas, satélites o cometas existentes en el sistema solar. Así, conociendo de qué materiales y gases están compuestos, es posible desentrañar cuál es el olor que desprenden.
De este modo, hay indicios de que Urano tiene un olor desagradable similar a los gases intestinales, o que los cometas, a pesar de su indudable belleza, pueden oler a orina o incluso a almendras. Por otro lado, la luna de Saturno llamada Titán –uno de los cuerpos celestes más similares a la Tierra en el sistema solar– podría oler a gasolina debido a los combustibles que alberga tanto en su superficie como en su atmósfera.
En definitiva, el universo tiene multitud de olores que descubrir, aunque aún queda mucho para que cualquier persona los pueda percibir.