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Jorge tiene 27 años, es de Madrid y es ingeniero de proyectos. Se define como un amante de la música tecno, y llega al restaurante de 'First Dates' en busca de una persona con la que hacer su plan favorito, “mantita y peli”.
Carlos Sobera al enterarse de su faceta como dj, no duda en preguntarle por su habilidad para ligar, sin embargo, asegura que él solo practica en fiestas de sus amigos y que también sale de fiesta en algunas ocasiones. Sobre cómo sería su pareja ideal, Jorge busca una mirada que le encaje y si además, le gusta la música tecno, sería un “puntazo”. Su cita es Lola, de 25 años, es bailarina y profesora, llega de Madrid hasta el restaurante de Carlos Sobera en busca de una persona con la que compartir su felicidad.
Una vez coinciden ambos en la barra del bar, el joven ha dejado claro que la mirada de Lola le ha transmitido lo que necesitaba para saber si le iba a gustar. Después de compartir un par de minutos contando sus actividades profesionales, ambos se han dirigido a la mesa para poder conocerse en profundidad y ver si había química entre ellos.
Cuando han procedido a entrar en detalles sobre sus vidas, Jorge ha comentado a su cita su afición de dj en música tecno, pero a Lola no ha parecido convencerle porque además de no conocerla, también explica que no le gusta “nada” ni ese estilo ni que le guste a su cita. Además, Lola ha comentado que “la odio”.
Por otro lado, la soltera confesaba su interés por entrar en una compañía de baile y poder ir de gira durante tres meses, lo que sería una relación a distancia. Su cita, encandilado por su sonrisa, no le ha parecido ningún impedimento para poder mantener una relación sentimental: "Si tu sueño es ese, yo lo puedo apoyar".
La conversación prosigue y Lola pregunta a Jorge por sus intenciones respeto a una boda, tener hijos y una casa, y pese a coincidir en las dos primeras, cuando han hablado sobre una residencia en pareja, el soltero ha explicado que vive con sus padres y que espera irse directamente con su pareja. Este comentario ha alejado sentimentalmente a Lola: "Me ha agobiado, soy una persona que piensa que quiere tener su casa propia".
En mitad de la cita, Lola ya desvelaba que Jorge, pese a ser un chico "muy majo", no le ha gustado físicamente y aseguraba no ser lo que ella estaba buscando. Lejos de estas opiniones, Pedro pensaba que las constantes miradas entre ellos predecían otra cita. Sin embargo, de nuevo la cita parecía remontar al coincidir en aspectos gastronómicos cuando ambos aseguraban tener poca habilidad para la cocina y confesaban su 'amor' hacia las patatas en todas sus versiones.
Llega el momento de conocer la decisión final de los solteros, y Jorge llegaba con la decisión muy clara para tener una segunda cita: "Me ha gustado físicamente, lo hemos pasado bien y a pesar de los nervios...podríamos tener una segunda cita". Pero, la respuesta de Lola vaticinaba otro destino entre ellos: "No tendría una segunda cita porque no hemos conectado del todo".
