Susana se considera una luchadora y a sus 58 años ha conseguido ser “Susana, ser yo misma”. Es una mujer trans con una historia muy interesantes detrás. Según le ha contado a Carlos Sobera nada más llegar a ‘First Dates’, comenzó a vestirse de mujer con 14 años “lo hacía escondidas” y luego empezó a conocer a gente con la que salir, se echó novia y se lo contó, y ella “no lo aceptó nunca”. Sin embargo, su relación continuó “nos casamos y tuvimos dos hijos”.
En el 2017 se tuvo que someter a una operación muy complicada y se dio cuenta de que no había vivido lo que hubiera querido vivir y decidió dar el paso. Le cuesta encontrar a una mujer que le acepte, pero no le importa porque está feliz de ser Susana. Es una mujer con las ideas muy claras cómo Eli.
Paola, su cita, es una mujer muy cariñosa a la que le gustan casi más los abrazos que el sexo y tiene muchas ganas de enamorarse. Al verla, Susana se ha llevado una alegría porque le ha gustado mucho “su cara, su pelo y su pecho, para que os voy a engañar”.
Mientras esperaban el primer plato, Susana ha querido que Paola le contara la historia de su vida y ella le ha contado que se crio en Alemania y que a los 20 años se vino a Madrid. Tiene 47 años y ha alucinado al saber que Susana tenía 58. Le ha explicado que siempre había estado con mujeres y que le picaba la curiosidad estar con un hombre por el tema sexual. Susana le ha explicado que ella todavía no tenía realizada la vaginoplastia, pero que estaba en lista de espera.
Paola sí está operada y al saberlo, las dos han comenzado a intercambiar sus experiencias con la hormonación para el aumento de pecho. A la soltera le gustan las mujeres muy femeninas y aunque estaba viendo en Susana a una mujer elegante, sentía que sus rasgos faciales no eran muy femeninos.
Susana intentó salvar su matrimonio: “Hicimos un crucero juntas”
Susana le ha contado que había estado casada más de 30 años y que al principio no sabía que iba a querer vivir como mujer. En el 2019 hizo un crucero con su mujer vestido de mujer para ver si lo podían llevar, pero su mujer no se lo tomó nada bien y el matrimonio se rompió.
Las solteras han hablado de sus gustos y las dos han tenido claro que les gustaban las chicas femeninas. Susana le ha explicado que su sueño era encontrar a una persona con la que compartir su vida, pero Paola le ha dicho que ella prefería tener pareja, pero sin convivir “cada una en su casa”.
En el momento de la decisión final, Susana ha tenido claro que le gustaría seguir conociendo a Paola porque le había gustado y tenían cosas en común, pero ella no lo ha visto así. Le ha explicado que no tenían la misma idea de pareja y que la diferencia de edad era un pequeño inconveniente para ella.