El amor es bonito a cualquier edad, pero ver a dos solteros de 81 y 78 años hacer match en ‘First Dates’ con tanta ternura, es muy difícil de describir. Diego no ha podido contener las lágrimas al volverse a besar de nuevo. Besos hay muchos y para pasionales, los que se dieron Egea y Javier en nuestro reservado.
Mª Teresa tiene 81 años, pero ella se siente joven “la edad es un número”. Con 21 años se marchó a vivir a Alemania porque su padre se enamoró y se fue a vivir allí. Ha estado allí 45 años y se casó con un alemán. Hace 14 años regresó a España sola, un estado que antes la gustaba, pero que ahora le aburre “la monotonía”. Le ha confesado a Carlos Sobera que en lo primero que se fija de un hombre son sus zapatos “que sean bonitos”.
Diego, su cita, todavía no ha cumplido los 80 y es rociero “de la Hermandad de Inmigrantes de Huelva” y todo lo que sea flamenco, le encanta. Siempre va arreglado y ha entrado en ‘First Dates’ hecho un pincel. A Mª Teresa le hubiera gustado que fuera un poquito más alto, pero le ha gustado mucho que viviera en Huelva y que fuera de Lepe. Ella ha tenido dos divorcios y él, tres.
El soltero estaba encantado con ella “rubita como a mí me gustan”, le ha gustado todo de su cita y a ella parece que también le han gustado cosillas porque cuando Sobera le ha preguntado por los zapatos de Diego, ella le ha reconocido que ni los había mirado.
Mª Teresa le ha contado que vive en Benalmádena desde que vino a España ya jubilada. Un detalle que ha llevado a Diego a contarle que tenía 78 años, que había sido jefe de contabilidad “ganaba 500.000 pesetas al mes”. A la soltera le ha gustado que ganara más dinero que ella de pensión “siempre hay que pensar en subir un escalón” y le ha explicado que esta soltera porque los pretendientes que habían tenido querían irse a vivir con ella y eso no le apetecía tras el divorcio.
Diego se ha fijado en los ojos verdes de Mª Teresa y viceversa. Los solteros se han agarrado de la mano cuando él le ha preguntado que si se iría con él a vivir a Huelva y ella le ha dicho que le estaba gustando mucho. Eso sí, cuando han entrado en los detalles de la convivencia, la cosa ha cambiado. A la soltera le ha parecido bien que viviera en un quinto porque los pisos bajos no le gustan nada, pero le ha parecido fatal que tuviera una cama de 1,35 cm. Ella está acostumbrada a camas grandes porque para dormir cada uno necesita su espacio y con menos de una de 2x2 no se conforma.
El soltero le ha dicho que la pasión y el sexo para él era muy importante “gracias a Dios, todavía puedo” y a ella le ha parecido estupendo porque ella también podía y era algo importante. En el reservado, los solteros se han marcado un pasodoble y se han dado su primer beso. Un beso, que Diego ha visto como un bonito regalo y que le ha llevado a derrumbarse por completo “Cuanto hacía que no me daban un beso, por Dios”.
Mª Teresa se ha sorprendido con la emoción de su cita y ha sentido que igual no era para tanto, pero le ha dejado claro que él también le gustaba a ella y se iban a ir juntos para Huelva.