Consuelo sufrió las medidas del Patronato en un centro de internamiento: “Me destruyeron, muchas acabamos en manos de maltratadores”

Consuelo García del Cid fue una de esas niñas que ingresó en centros del Patronato y años más tarde denuncia que esa cruenta experiencia la destruyó. Ha narrado su historia y la de sus compañeras en un libro, como les prometió al salir de uno de esos centros, y desde 'Otro Enfoque', con Jon Sistiaga, reclama recibir el perdón público de las congregaciones.

Según el Patronato, Consuelo era un “mujer descarriada. Así la calificaba esta institución, de nombre completo Patronato de Protección a la Mujer, que dependía del Ministerio de Justicia y que, durante más de cuarenta años mantuvo internadas a una gran cantidad de mujeres y niñas en España.

“Se encargaron de inculcarnos el estigma. Decían tú eres una golfa, una perdida, una descarriada, una puta, una borderline, una bollera. Entonces si a ti te criminalizan de esa forma y te meten en un sitio que no era otra cosa que un sistema penitenciario oculto de menores es muy difícil que salga la gente a contarlo. Tú estás marcada”, denuncia Consuelo García del Cid, sobre la institución pública de reformatorios.

Consuelo también denuncia que esta experiencia traumática le llevó a refugiarse en malas compañías: “De hecho, la mayoría terminamos en manos de maltratadores porque salimos vulnerables perdidas”.

“¿Tú crees que de alguna manera te doblegaron?”, pregunta Jon Sistiaga a Consuelo, quien, firme, responde firme que nunca la doblegaron, pero que sí le crearon traumas que aún arrastra: “A mí no me doblegaron nunca. Sí me destruyeron. Es un trauma brutal para toda tu vida”.

Consuelo García del Cid también profundiza en cómo estaba dirigida la institución del Patronato de Protección a la Mujer así como reclama las disculpas de las instituciones que estuvieron involucradas: “El país entero tiene que saber qué es el Patronato, que dependía del Ministerio de Justicia. ¿Estamos locos? Ninguna había cometido ningún delito, absolutamente ninguna. Pido el perdón público de las congregaciones, pero un perdón de verdad”, sentencia.