Así eran los Centros de Observación y Clasificación en los que el Patronato internaba a niñas: “Eras hija del estado, tus padres no podían reclamarte”

Durante gran parte del siglo XX existieron los conocidos como Centros de Observación y Clasificación en España. Regentados por el Patronato, acogieron a miles de niñas, a las que hacían trabajar, sometían a pruebas, y que, en muchos casos, perdían la posibilidad de poder volver con sus familias, pues el Patronato asumía su patria potestad.

Jon Sistiaga entrevista a la historiadora Carmen Guillén para conocer cómo eran los Centros de Observación y Clasificación, también conocidos como COC, que existieron en varias ciudades de España durante parte del siglo XX.

Estos centros acogían a niñas de distintas edades, bien por haber sido detenidas al considerarlas ‘descarriadas’ o porque sus padres las internaban en busca de ayuda: “Existían en varias provincias y cuando había alguna detención o algunos padres llevaban a su hija al Patronato, pasaban por estos centros que eran una especie de comisaría. Ahí las jóvenes permanecían aproximadamente una semana y se les hacían pruebas físicas y psicológicas”, relata Carmen Guillén.

La historiadora explica en detalle cómo eran algunas de estos tests de ingreso: “Las pruebas físicas eran básicamente una revisión ginecológica para ver si estaban completas o incompletas, vírgenes o no vírgenes. Esto era importante para clasificarlas”, indica.

Jon Sistiaga revisa con Carmen Guillén algunas de las fichas de ingreso a distintos COC: “Hay una escala conocida como ‘reloj moral’. Se las clasificaba en función de su inteligencia y de su moralidad, pero casi siempre iban a ir de la mano. Algunos de los aspectos a analizar eran: voluntad, egoísmo, sensualidad, compañías”.

Sin duda, una de las explicaciones más llamativas de la historiadora es en relación a los términos que empleaban en los COC para referirse a las niñas: “En las categorías psiquiátricas de la época contemplaban imbécil, débil moral profunda. Se trataba de alguna forma de tratar de justificar estos encierros. Decían que necesitaban encierro porque tienen una patología”, relata Carmen.

La historiadora también explica en ‘Otro Enfoque’ que existían distintos tipos de centros regentados por el Patronato: “Había centros que con los años se iban diversificando. Por ejemplo, los centros de redención, de los que no se podía salir, tenían un régimen de internamiento puro”, explica a Jon Sistiaga sobre las instituciones con medidas más restrictivas.

La historiadora Carmen Guillén también destaca que, como a podido conocer gracias a sus investigaciones, a raíz de una “modificación de la legislación” del año 1952 las familias de muchas de estas niñas perdieron su patria potestad.

“A partir del año 52, el Patronato tiene la posibilidad de eliminar la patria potestad de las jóvenes. Entonces te convertías en hija del estado, hija del patronato y solo ellos tenían ese poder. Dejabas de existir, tus padres no podían reclamarte”, finaliza Carmen Guillén.