La pesadilla que comenzó el 29 de octubre en Valencia no termina. La DANA que afectó a más de 300.000 personas y causó la muerte de otras 277, nos dejó durísimos testimonios de personas que lo perdieron todo. Las continuas manifestaciones contra la gestión del presidente Mazón y el impacto económico que tendrá la catástrofe sobre la comunidad, ocupan las portadas las últimas semanas, pero hay otras víctimas que parecen haber quedado en el olvido. Según informa Manu Reyes en el video, la riada se llevó consigo los refugios de miles de animales y mascotas que a día de hoy siguen desaparecidas. 

Cinco meses después, son miles de damnificados los que siguen buscando a sus mascotas por todas partes. El tsunami de lodo arrastró a decenas de animales a lugares donde no se les ha conseguido seguir el rastro o, en el peor de los casos, a la muerte. Las mascotas han sido las grandes olvidadas de la catástrofe, pero sus familias las siguen llorando, recordando y buscando. 

A Jessica, el agua le arrebató de sus bazos a su perro Jim. Jessica estuvo a punto de perder la vida en la localidad de Chiva, una de las grandes afectadas: “Estuve inconsciente bajo el agua, estuve a punto de ahogarme varias veces”.  

Cuando el agua le alcanzó, perdió a Jim: “El agua me arrebató a Jim del brazo. Intenté alcanzarlo porque el agua me llevaba en esa dirección también, pero se fue por detrás de unos coches, y a mi el agua me llevó para otro lado. Ya no lo vi más”. Jessica, desolada, no se rinde y lucha de forma incansable para encontrarlo: “He organizado con gente que me ha ayudado y voluntarios varias batidas. Puede estar en cualquier sitio, puede que haya llegado a otro pueblo o puede que haya fallecido”. 

El caso de Jessica no es aislado. Son miles las personas que han perdido a sus mascotas en mitad de la riada. Decenas de plataformas proliferan en redes sociales para encontrar a los animales desaparecidos, pero sigue habiendo muchos sin localizar.  

Marian perdió a su perra de ocho meses en Utiel la noche de la DANA: “Me acuerdo que esa noche, la lloré un montón”. Su historia, afortunadamente, tuvo un final feliz: “El 30 de octubre era el día de mi cumpleaños. Me dijeron que tenía un regalo, que estaba en el jardín y que saliera. Allí estaba ella junto con otras dos perritas. Fue el mejor regalo que me han dado en mi vida”. 

Además de las mascotas perdidas, las que se encontraban en los refugios y protectoras la noche de la riada, también sufrieron sus efectos: “Brega es una perrita mayor y su jaula se inundó. Ella tenía el agua pasando el codo. Nos da mucha pena porque también ha tenido un episodio de ataque por lo que sufrió por la DANA”, comenta María Penades, trabajadora de la protectora Moderpran. 

Su refugio quedó arrasado por la fuerza del agua y de uno de los tornados que se produjeron el 29 de octubre: “El tornado afectó a bastantes jaulas y muros perimetrales”. La prioridad para sus trabajadores fue poner a salvo a los animales a pesar de la destrucción de la que estaban siendo testigos. Gracias a su labor, miles de ellos siguen a día de hoy con vida. 

Otros perros como Agallas aparecieron varados los días posteriores a la riada. Ahora buscan un hogar que les brinde lo que la DANA les quitó: una familia.  

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