A punto de cumplirse cinco meses de la tarde que marcaría la vida de miles de valencianos, el dolor sigue siendo el día a día de las víctimas de la DANA. El impacto psicológico que ha generado la riada ha llegado a impulsar a numerosas familias a abandonar sus hogares con tal de olvidar. Según informa Sara García en el video, al igual que el dolor, también sigue estando presente la solidaridad que marcó la catástrofe. Desde Massanassa, 50 damnificados llegan a un balneario de Ourense para despejarse y desconectar de lo ocurrido. 

De más de 800 kilómetros ha sido el viaje de 50 víctimas de la DANA de Massanasa, una de las localidades que más daños ha sufrido. El balneario de Arnoia, en Ourense, acoge esta semana a un grupo de vecinos damnificados en el marco del Programa Respiro, una iniciativa para paliar los daños psicológicos que ha generado la riada en gran parte de la población. 

Invitados por la Diputación de Ourense, los vecinos intentan desconectar de la pesadilla que comenzó hace casi cinco meses: "Se rompió la puerta del garaje. Entró en el garaje toda el agua de golpe. Mi mujer casi se ahoga allí”, relata Andrés del Río, uno de los invitados. 

La experiencia del balneario se prolongará hasta el final de la semana. A primera hora, los afectados reciben terapia psicológica y después se disponen a realizar un circuito termal: “Durante estos seis días vamos a intentar que desconecten. que respiren y que sea un punto de inflexión en su salud emocional”, apunta José Juan Cerdeira, director del área de Bienestar de la Diputación de Ourense. 

Los invitados, con duros relatos a las espaldas: “Has perdido tu historia de casa, tus muebles... Los muebles los hemos tenido que tirar todos”, llevan disfrutando de esta necesaria experiencia desde que llegaron el pasado 10 de marzo: “Esto es lo mejor que nos ha podido pasar, porque de estar bañándonos con agua fría a esta agua tan calentita, es un cambio”. 

El departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Massanassa ha sido el encargado de asignar las 50 plazas a aquellas personas que consideraban que eran idóneas para participar en el proyecto siguiendo una serie de criterios técnicos. Aunque al final de la semana partirán de nuevo a su realidad, la experiencia ha supuesto para ellos "un relax muy grande” y una desconexión que necesitaban urgentemente.  

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