Mientras que dormir representa un pilar que no puede faltar en nuestra rutina, cada vez la sociedad tiene más insomnio. Descansar menos horas de las recomendadas se ha vuelto parte de nuestro día a día. Solamente la mitad de los españoles duerme lo aconsejado por las autoridades sanitarias. El uso de la pantalla o trastornos como el síndrome de las piernas inquietas está detrás de la falta de sueño de gran parte de la población. 

En pleno Día del Sueño, la Sociedad Española de Neurología recuerda que los españoles suspendemos en la cantidad de horas que debemos dedicar al descanso para mantener un modo de vida saludable. Solamente un 54% duerme las ocho horas diarias recomendadas por las autoridades sanitarias, mientras que uno de cada tres se despierta con la sensación de no haber descansado. 

Uno de los datos que más ha alarmado a los expertos es la propagación de los trastornos del sueño entre los más pequeños. Se estima que el 70% de los niños duermen menos horas de las necesarias, una rutina que podría alterarles por completo la salud.  

Según informa la SEN, existen en la actualidad más de 100 trastornos del sueño y se estima que más de cuatro millones de españoles padecen algún tipo de trastorno crónico y grave. El más común es el insomnio, que afecta al 20% de la población. Otro de los grandes conocidos es la apnea del sueño, que se caracteriza por provocar pausas en la respiración durante el sueño, afectando a entre el 5% y 7% de los españoles. 

Entre los trastornos del sueño, resuena uno de los grandes desconocidos, el síndrome de las piernas inquietas. Según informa Celia García Malo, coordinadora del grupo del sueño en el SEN, “es una enfermedad neurológica bastante frecuente que afecta en torno a un 5% – 10% de la población”. Nicolás Gaude, educador social y actor, convive con la afección a sus 46 años: “Es una pequeña tortura, lenta y constante. Tengo una especie de hormigueo, entumecimiento de las piernas, la necesidad de moverlas”. 

La enfermedad causa una serie de molestias en las piernas y calambres que alteran por completo el sueño de los pacientes: “Estoy bastante agotado, he dormido poco, tres horas”. La enfermedad condiciona la vida de Nicolás, “no das pie con bola a la hora del trabajo, a la hora de estudiar”. Le llega a afectar incluso en sus relaciones: “Yo me he llegado a quedar dormido hasta de pie en una conversación”. 

El paciente ha llegado a desarrollar una serie de trucos para conseguir dormir las horas recomendadas, además de la medicación: “Prohibido ver la tele y el móvil antes de dormir”. Dormir es igual de importante que una buena alimentación, por lo que si notamos que no logramos descansar de manera adecuada, hay que acudir inmediatamente al médico “para llegar hasta el fondo de qué está provocado ese insomnio, tanto si son por factores físicos, como si son por factores psicológicos”. 

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