El teléfono de la educadora social, asesinada presuntamente a manos de tres menores, revela que durante sus últimas horas de vida sabía que sus agresores estaban planeando fugarse del piso tutelado. Belén entró a trabajar a las 20:00 horas de la tarde en un chalet de Badajoz para menores infractores, según informa Raquel Duva.
A Belén le tocaba el turno de noche. Una hora después de comenzarlo, la educadora envió un mensaje al padre del más pequeño, de 14 años. “Buenas noches. Estoy un poco nerviosa. Voy a encauzar el turno y luego te cuento”, le dijo.
Belén intuía que el chico y otro adolescente de 15 años tramaban algo y mandó un WhatsApp a su novio. “Están intentando largarse”, escribió a las 21:45 horas. Ellos ya se habían escapado durante una semana y la educadora lo había contado en su entorno. “Le habían robado dinero y las llaves del chalet”, le afirmó a una amiga. Los menores fueron localizados en Villafranca de los Barros: estaban en casa de la madre del mayor consumiendo drogas. Habían robado dinero de la caja registradora en una cafetería.
El padre del otro chico estaba muy preocupado y Belén volvió a escribirle a las 21:55 horas: “Está un poco rebelde, con intención de irse con el otro. Estoy intentando reconducir”. La víctima intuía que planeaban otra fuga. Cinco minutos después, escribió el que sería su último mensaje a las 22:04 horas.
“He conseguido que se meta en la cama, a ver si le hace efecto el jarabe”, indicó. Después, la golpearon y estrangularon con un cinturón, huyeron en su coche y se llevaron su teléfono. A las 22:52 horas, recibió el último WhatsApp del padre del pequeño: “¿Se han dormido?”. Pero la mujer de 35 años ya estaba muerta, los chicos en la carretera camino de Mérida y con otra joven tutelada en el mismo chalet, donde otro adolescente pedía auxilio.
La familia de Belén pide "responsabilidad y que no haya juicios paralelos ni especulaciones que entorpezcan la labor de la Justicia". Así, solicitan que hagan su trabajo "con la serenidad y el rigor que este caso merece", porque "solo a través de la verdad y el debido proceso lograrán justicia". "No podemos permitir que el dolor de su familia y allegados sea en vano. Debemos transformar la indignación en acción, el luto en conciencia, y la tragedia en prevención", sentencia el abogado y portavoz de la familia, Raúl Montaño.
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