Datos alarmantes en la salud mental de los más pequeños: el consumo de ansiolíticos se triplica en los adolescentes

España se ha consolidado como uno de los países que más ansiolíticos consume, preocupando su aumento entre los adolescentes. En los últimos años, su toma se ha triplicado entre los más pequeños, un hábito que se multiplica a la vez que la incidencia de suicidios. Según informa Laura Queijeiro en el video, aunque los médicos se lo piensan dos veces a la hora de recetar este tipo de fármacos, muchas veces no hay otra salida frente a tanto dolor. 

La salud mental en España empeora por momentos. El auge de las redes sociales, el tabú por comunicarlo y el déficit de psicólogos en la sanidad pública está generando unos datos cada vez más alarmantes. El consumo de insoliticos se ha multiplicado en los últimos 20 años entre los adolescentes. En Atención Primaria se han recetado ansiolíticos y antidepresivos a más de 11.300 menores de 15 años, un 7% más que en la última encuesta realizada por el Ministerio de Sanidad. 

Entre los fármacos más comunes, el primer lugar lo ocupan los ansiolíticos con un total de 10.110 recetas. Los antidepresivos entran en el podio con 1.265 y los sedantes con 717 recetas entre los adolescentes. Los datos alarman a la comunidad sanitaria. Estamos hablando de fármacos muy potentes, adictivos y con numerosos efectos secundarios que pueden alterar la salud en edades tan tempranas. 

En situaciones críticas, la medicación representa la única alternativa

Los médicos son los primeros que se lo piensan dos veces antes de recetar este tipo de medicamentos, pero la situación es tan crítica que en muchas ocasiones, no hay otra alternativa: “A veces si no te ayudas un poquito de un fármaco que les puede hacer, por ejemplo, que duerman, que descansen, es muy difícil que sigan la terapia”, explica la psicóloga Ángeles Franqueira

Los niveles de ansiedad y tristeza con el que llegan los más jóvenes a la consulta no deja margen a los psicólogos para recurrir a terapia en ciertas ocasiones. Aunque los profesionales no se posicionen en contra de ello, “una de las mayores preocupaciones que tenemos es que se recurra rápida o fácilmente a la medicación sin haber acudido primero a una buena terapia”, según apunta Pepa López

Los trastornos de ansiedad, de sueño, la depresión, el trastorno de personalidad o los trastornos de conducta alimentaria representan “un problema más bien emocional que médico”, pero sin un buen sistema de salud mental a nivel nacional, el consumo de ansiolíticos seguirá multiplicándose de manera exponencial. 

La falta de recursos se posiciona como la causa principal de este aumento de consumo

Los especialistas ponen en foco en diversas cuestiones que están provocando este aumento. El alto nivel de autoexigencia en los entornos de estudio y trabajo, la baja tolerancia a la frustración y el efecto nocivo de las redes sociales están en el punto de mira de los profesionales. 

Los psicólogos hacen hincapié además en la falta de recursos y en su gran problemática. La falta de educación emocional en los centros formativos y el escaso personal de salud mental en la sanidad pública representan el foco del problema principal. Sin una solución a esto, frenar el consumo de ansiolíticos será un reto prácticamente imposible. 

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