Urge formar a los sanitarios para abordar el aumento de la transmisión de ETS en adolescentes y jóvenes

  • Faltan recursos para frenar la transmisión silenciosa de las ETS que han aumentado sobre todo entre jóvenes y adolescentes

  • Las prácticas sexuales también se han modificado en los últimos años, por lo que urge formar a los sanitarios

  • La edad de inicio de las relaciones sexuales ha bajado hasta los 13-15 años en buena parte de la población

En los últimos años las enfermedades de transmisión sexual se han disparado, en especial, entre los más jóvenes. Los profesionales sanitarios en muchos casos no están preparados para abordar este tipo de dolencias, favoreciendo que el paciente se sienta incómodo o juzgado. Es lo que le pasó a Rocío, tal y como se puede ver en el vídeo de Cecilia Encinas. Además, los expertos insisten en que falta formación en los colegios para que estos temas dejen de ser un tabú lo que ayudaría a mejorar la prevención.

Rocío sufrió una agresión sexual y meses después acudió al centro de salud por dolores y sangrado vaginal. Allí, se sintió juzgada. Le dijeron: “tienes que tener más cuidado”. “Yo no puedo decidir si me van a violar con o sin preservativo”, expresa la joven.

Pidió que le hiciesen las pruebas de detección de enfermedades de transmisión sexual y tuvo que convencer a la doctora para conseguirlo porque, cuenta, que esta argumentaba que “había pasado mucho tiempo”.

Tras insistir, se las hizo y dio positivo en clamidia y en tricomoniasis. Acudió al ginecólogo, pero no le fue mucho mejor: “todo el rato quitándole importancia a lo que yo le decía, me sentía un poco infantilizada”.

Por ello, intentó la derivaran de nuevo, pero no lo consiguió. “Lo que me dice la médica de cabecera es que no podemos molestar tan pronto otra vez al ginecólogo”, cuenta.

Así las cosas, tuvo que acudir a una consulta privada, donde finalmente le diagnosticaron un pólipo.

Rocío es un ejemplo de que el abordaje de estas enfermedades en la sanidad española es mejorable.

 “La persona se ve sometida a buscar de forma desesperada cuando siente que tiene un síntoma o ha tenido contacto con alguien con una infección ya diagnosticada dónde puedo ir y dónde puedo ir de manera que me entiendan y me traten”, señala Jorge Garrido, doctor del centro apoyo positivo.

Urge formar a los sanitarios y faltan recursos

Por ello, urge formar a los profesionales sanitarios en esta materia. “Hacemos autocritica. Las prácticas sexuales también se han modificado en los últimos años y todo eso hay que saberlo, conocerlo, y saber preguntarlo, hacer una buena anamnesis sexual. Eso forma parte del profesional ”, indica Mar Vera, presidenta de GEITS-SEIMC.

Faltan recursos para frenar la transmisión silenciosa de estas enfermedades que han aumentado sobre todo entre jóvenes y adolescentes.

Ellos son los que menos acuden a consulta por una ETS cuando precisamente la gonorrea, las sífilis o la clamidia se han disparado en esas franjas de edad “por el miedo a consultar, por el miedo a hablar de su sexualidad. Además, el médico de familia es, por ejemplo, el médico de su abuela, de su madre y de su padre… Habría que intentar generar unidades específicas de adolescentes y jóvenes”, explica Vera.

La edad de inicio de las relaciones sexuales ha bajado hasta los 13-15 años en buena parte de la población y el preservativo se usa cada vez menos. Eso sí, con poca o nula información sobre los riesgos.

Y quedan muchos obstáculos para mejorar esa formación sobre educación sexual en los colegios. “La fe religiosa o las ideas morales de determinadas personas o los centros educativos que tienen una visión como más anticuada o, incluso, los padres y madres que evitan que se hablen de estos temas”, apunta Garrido.

Ante esta situación se urge, además, a hacer más campañas para que las personas sexualmente activas se realicen cribados preventivos. En los últimos 12 meses solo el 5% de las mujeres españolas se lo han hecho.

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