La Guardia Civil sigue con los trabajos para dar con los culpables de la muerte del exalcalde de Gandía, Arturo Torró. Aunque los investigadores piden cautela, se conocen nuevos datos sobre cómo se realizó el crimen. Los agentes de la Policía Judicial piensan que hubo al menos dos atacantes.
Uno de ellos le atacó por detrás con una cuerda o algún elemento parecido mientras un segundo atacante acababa con su vida con un disparo de un arma de pequeño calibre.
Los forenses confirman que fue un disparo en el pecho, ya que a simple vista se hablaba de una herida confusa, y que fue atacado de forma sorpresiva en cuanto bajó del coche. El exalcalde de Gandía bajó del vehículo tras recibir un aviso de un piloto del coche de que una rueda estaba desinflada.
De momento, se desconoce quiénes son los atacantes y las autoridades siguen analizando todas las cámaras de seguridad, tanto de la carretera como del pueblo donde el exalcalde estaba antes de ser atacado. Hay que entender que el vehículo con el que circulaba no estaba a su nombre, por lo que si fue un ataque premeditado es posible que hubiese trabajos previos para localizarle.
Los agentes analizan los teléfonos móviles y buscan a cualquier persona que pasara por la zona en ese momento y pudiese ver el instante del ataque o algo extraño en el trayecto. En cuanto a las causas del crimen, todas las hipótesis están abiertas todavía. Cada vez cobra más fuerza la teoría de un crimen por encargo.
Él había denunciado amenazas en la Policía Nacional, pero sobre todo en la época en la que había sido político. Ahora, se analiza su vida persona, sus negocios y sus relaciones para conocer si había alguien que tuviera una enemistad manifiesta. Una razón, por irracional que sea, para intentar acabar con su vida.
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