La difícil tarea de cuantificar el daño psicológico de los afectados por la DANA: ¿cómo medir el dolor de las víctimas?
La jueza que investiga la DANA quiere medir el estrés postraumático de las familias de las víctimas para calcular futuras indemnizaciones
La magistrada quiere medirlos daños morales y secuelas psíquicas que miles de valencianos arrastran desde aquel 29 de octubre
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Las heridas que ha dejado la DANA en los que la sufrieron en primera persona serán difíciles de borrar, tanto que, algunas familias, han decidido abandonar sus casas para tratar de rehacer su vida en otro lugar. Un sufrimiento psicológico que la jueza encargada de la investigación describe como un infierno para los supervivientes, para los afectados y para las familias. Según informan Paula Hernández y Lorelei Esteban en el vídeo, la magistrada ha pedido valorar algo tan complejo como los daños psicológicos de los afectados, quiere medir el estrés postraumático de las familias de las víctimas para calcular futuras indemnizaciones.
Vidas rotas por pérdidas irreemplazables. Como las de una de las víctimas que perdió a su marido, de 61 años, y a su única hija de 24. Un dolor difícil de cuantificar, el de perderlo todo, “toda mi vida”, que la jueza de instrucción ha pedido valorar.
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Daños morales y secuelas psíquicas que miles de valencianos arrastran desde aquel 29 de octubre en el que la riada arrasó con sus vidas. “Estamos completamente desolados, no tenemos ningún tipo de ayuda psicológica, tenemos que pagarlo todo de nuestro bosillo”, se quejan los afectados.
Algunos fueron testigos de cómo el agua arrastraba a sus seres queridos sin poder hacer nada para evitarlo o recibieron mensajes de socorro que llegaban ante la impotencia de quienes los recibían. Vidas arrancadas frente a sus ojos.
Otros ni pudieron verlos, ni encontrarlos. Como los familiares de las tres personas que siguen desaparecidas, “nuestra única esperanza es encontrarlos, poder darles su entierro y poder darles su final”. Porque, para algunos, sigue una búsqueda, por ahora, poco fructífera para encontrar a sus allegados.
Un daño absolutamente irreparable que dejó miles de vidas destrozadas. “Hay miles de familias rotas”, se lamenta una de las afectadas, “estuve subida a pilas y pilas de coches buscando a mi padre”.
Un importante daño psicológico que la jueza considera se debe evaluar, no solo a los supervivientes que perdieron a alguno de sus familiares, también a las personas que resultaron lesionadas y precisaron de asistencia sanitaria.
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