La arqueología continúa dando sorpresas, recientemente en Sicilia se ha llevado a cabo un importante descubrimiento. Durante la excavación en Monte Sant’Angelo, cerca de la antigua ciudad de Finziade, se ha localizado una ánfora sellada que data de hace 2.300 años.
Este ánfora contenía restos de comida: carne y espinas de pescado. Lo más impactante es que se encontraban en un excelente estado de conservación. Este hallazgo único es capaz de proporcionar información de mucho valor sobre los hábitos alimenticios y las técnicas de conservación de estos productos que se utilizaban hace más de 2.000 años.
Según uno de los responsables de la excavación, Alessio Toscano, “este hallazgo es excepcional no sólo por la antigüedad de los restos, sino por su estado de conservación. Nos ayudará a entender cómo vivían y comían las comunidades de esta región”.
Los restos encontrados en el interior de este ánfora podrían estar relacionados con dos de los condimentos más populares de esa época. Se trata de garum y liquamen. Los dos se elaboraban mediante la fermentación de pescado en salmuera, aunque tenían diferencias.
El garum era un producto refinado, líquido y con mucha calidad. Era muy apreciado en la cocina y también exportado a otras regiones. Por el contrario, el liquamen era más económico, menos filtrado y se usaba como una alternativa más asequible para aportar aroma a los platos.
Otra de las hipótesis que valoran los arqueólogos es que el ánfora podía contener pescado salado. Éste era un método muy común en toda la zona del Mediterráneo. La técnica consistía en colocar capas alternas de pescado y sal gruesa. Con esto se conseguía que se retrasara la descomposición y permitía poder guardar alimento durante mucho tiempo.
La arqueóloga y líder del proyecto, María Concetta Parello cuenta que en aquella época, el salado era clave para que se pudiera garantizar el comercio y la supervivencia en la antigüedad. Gracias a esta técnica se podía transportar pescado a largas distancias sin que perdiera calidad durante la travesía.
Este descubrimiento se enmarca en las excavaciones del proyecto “Agrigento, Capital de la Cultura Italiana 2025”. Esta ciudad, Finziade, fue fundada en el 282 a.C., antes de pasar el control romano fue un importante centro helénico. Gracias al hallazgo de este ánfora, se puede reforzar la idea de que la ciudad pudo desempeñar un papel muy importante en las redes comerciales del Mediterráneo.
La importancia de haber encontrado estos restos de este ánfora no se limita a conocer sobre las prácticas alimentarias que se llevaban a cabo en esa época, sino que también se puede descubrir mucho sobre las conexiones comerciales que se llevaban a cabo entre las ciudades mediterráneas.
Es de destacar que la conservación de los restos es excepcional. Ester Vaga, arqueozoóloga que está a cargo de los estudios, resalta su impresionante estado de conservación y cuenta que van a realizar análisis químicos y arqueozoológicos para poder determinar si se trata de pescado fermentado o salado, ya que, descubrir qué técnicas de conservación empleaban puede dar mucha información también también sobre su forma de comerciar.
Estos análisis incluyen también el uso de isótopos y residuos orgánicos que van a ayudar a poder identificar los procesos exactos de conservación que se utilizaban en la época y, en concreto, con el contenido de este ánfora. Los resultados podrían arrojar luz sobre si el contenido estaba destinado para el comercio o era para consumo local.
Este tipo de hallazgos no son comunes, y refuerza la importancia que tiene el sitio arqueológico como una ventana hacia el pasado. Estos trabajos de excavación, fueron iniciados en 2023 y forman parte del Finziade Project - Monte Sant’Angelo de Licata, una iniciativa que está liderada por los arqueólogos Alessio Toscano y Maria Concetta Parello.
Finziade es un gran ejemplo de cómo la arqueología puede conectar pasado y presente. Este descubrimiento muestra la importancia que tenía el comercio y la gastronomía en el desarrollo de las civilizaciones antiguas mediterráneas. Además, llama la atención el nivel de conservación y detalle que tiene este hallazgo.
Esta excavación tiene como objetivo explorar y preservar el patrimonio arqueológico de la región, enfocándose en particular en Finziade, una ciudad de origen helenístico y que fue la última colonia griega en ser fundada en la isla de Sicilia.