Casi un 19 por ciento de la población española padece de obesidad, una enfermedad que lleva muchos riesgos asociados. La cirugía de reducción estomacal e intestinal es una de las opciones para estas personas. ‘Noticias Cuatro’ ha estado en el quirófano Da Vinci en el Hospital Universitario de Getafe en una de esas operaciones donde la robótica en manos de un cirujano juega un papel fundamental.
Conchi ha sido obesa toda la vida. Ha sufrido y sufre por ello. “A mí me han llegado a perseguir por la calle los niños del colegio porque era gordita”, cuenta, añadiendo las dificultades que ha tenido, por ejemplo, “a la hora de encontrar trabajo”. “Yo soy peluquera, es imagen”, dice.
La obesidad afecta a “la autoestima y el sentirse inferior, el sentirse acomplejado”, apunta Juan Carlos Ruiz de Adana, cirujano del Hospital Universitario de Getafe: “La autoestima y el sentirse inferior, el sentirse acomplejado”.
La mayoría de los obesos responden a un mismo patrón, “un ambiente de poca actividad física y de malos hábitos de alimentación”, señala José Antonio Rosado, endocrino del hospital de Getafe.
Sin embargo, hay casos en el que es genética como el de Conchi, que asegura que no es un tema de estética solamente, sino de salud.
“Lo que más nos preocupan son las enfermedades vinculadas o relacionadas con esa obesidad y que les pueden condicionar la vida como puede ser un accidente cerebrovascular, un ictus, una diabetes, un infarto de miocardio…”, indica Juan Carlos Ruiz de Adana.
Por eso, tras muchas dietas, se prepara para someterse a una reducción de estómago e intestino, muy consciente de los riesgos y de lo que esperar de la operación: aproximadamente, uno de cada cuatro pacientes que se operan no consiguen los objetivos de peso que se habían planteado.
En el quirófano, Juan Carlos Ruiz de Adana explica cómo proceden. Lo hace con un robot, que maneja “como si fuera un coche”. “Los movimientos que yo hago se reproducen en el robot”, señala.
“Bienvenidos al quirófano robótico, al quirófano Da Vinci del Hospital Universitario de Getafe. Aquí como veis el robot está instalado sobre el paciente y el que lo mueve va a ser el cirujano. En este caso, yo desde esta consola que voy a manejar todos los instrumentos que hay sobre el paciente”.
De esta manera, operaron a Manuel, que en cinco semanas ha perdido ya casi 35 kilos. “Ha perdido sobre todo grasa abdominal, grasa visceral que es una grasa activa pero peligrosa y dañina”, cuenta el cirujano, que advierte que ha sido posible por su “compromiso” y “fuerza de voluntad”.
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