A la hora de comprar un coche de segunda mano, uno de los requisitos que se buscan es que el automóvil dure muchos kilómetros sin problemas. Lo que dice la razón es que cuantos menos kilómetros tenga dicho coche usado, más tiempo va a estar en perfectas condiciones. Aunque la realidad es que para que, en ocasiones se ajusten al presupuesto, puede que tenga algún kilómetro más de lo que se había pensado.

Pero, ¿cuántos kilómetros son los aconsejables en un coche usado? Se sabe que cuántos más kilometraje tenga el coche, puede equivaler a más antigüedad del vehículo, aunque no siempre se cumple esta regla.

A la hora de responder esta pregunta, lo primero que hay que tener en cuenta es el tipo de motor que lleva el coche que se está mirando, ya que dependiendo del tipo que sea se puede tener más margen.

Por lo general, los coches que tienen motor de gasolina suelen tener una vida útil un poco más corta que los de diésel. No significa que sean peores, ya que es a causa de la propia construcción de los motores.

Los motores de gasolina tienen más fricción ya que giran a regímenes más altos. Dan el par máximo a rangos considerablemente altos y también, la potencia en la parte más alta del tacómetro. Debido a que giran más rápido, hay un mayor rozamiento a la larga, y esto se traduce en un desgaste mayor.

Por otro lado, muchos fabricantes han aligerado los motores para que se pueda conseguir un motor con una respuesta muy rápida, y han apostado por las aleaciones de aluminio. El resultado que han obtenido son motores potentes y con poco consumo. Pero, también, al ser materiales más blandos, la vida útil se reduce en cierta forma.

Teniendo en cuenta estos factores, un coche con un motor de gasolina que ronde los 150.000 a 200.000 kilómetros no sería una mala compra.

El diésel es ideal para quienes van a usar el coche para hacer trayectos largos, la gasolina es todo lo contrario. Es perfecto para quienes vayan a recorrer bastante a menudo distancias largas. Por lo que, si se va a comprar un coche diésel, los kilómetros no deberían ser una preocupación. Si el coche ha estado bien cuidado, con un buen mantenimiento y está todo correcto, no se debería descartar solo por el kilometraje.

Los motores diésel suelen tener una vida útil más larga que los de gasolina. Las razones pueden ser porque los motores diésel funcionan con una compresión bastante alta. Al producirse tanta presión dentro de las cámaras, se han de usar para su fabricación materiales más robustos. Es debido a esto que este tipo de motores sean tan caros.

Por otro lado, los motores diésel no están diseñados para llevarlos al límite, al contrario que los de gasolina, dan el par motor muy bajo. La potencia máxima la entregan sobre las 4.000 RPM aproximadamente. Esto hace que al girar menos, se produzca menos fricción y aguanten más.

Hablando de manera general, un coche de tamaño medio se consideraría apto si todavía está en un rango de uso de entre los 200.000 y los 300.000 kilómetros. Pero, siempre hay que ver antes si el coche ha tenido un buen mantenimiento y si ha estado bien cuidado.

Lo que hay que saber es que lo que más desgasta la mecánica del coche son los ciclos de arranque y parada. Por tanto, la medida del kilometraje no es una medida tan infalible como se podría pensar.

Por lo general, los coches usados que tienen pocos kilómetros suelen haber sido usados en ciudad. Lo que significa que podrían tener desgastado el embrague, la transmisión y los sistemas de anticontaminación. En este tipo de coches, también se puede desconfiar del mantenimiento que se ha ido haciendo a ese automóvil si tienen muchos años.

Sin embargo, el kilometraje en carretera es el idóneo para un vehículo de segunda mano, ya que el coche que ha hecho desplazamientos habrá trabajado en temperaturas ideales, sin cambios de ritmo y sin utilizar excesivamente el embrague. Podrá marcar una cifra más elevada de kilómetros, pero será algo menos preocupante.

A la hora de escoger el vehículo, se debería pensar en el uso futuro que se le va a hacer a ese coche, ya que si el objetivo es encontrar un coche para viajar mucho y que dure unos cuantos años, lo que se debería buscar es uno que no tenga muchos kilómetros. Por otro lado, si el objetivo del coche es moverse por ciudad, sin hacerle muchos kilómetros extra, uno que tenga muchos kilómetros no sería una mala opción.