En el Puerto de Santamaría, Cádiz, abunda la indignación después de que el Ayuntamiento haya decretado el cierre del kiosco de Juani y su familia. Un negocio familiar que lleva dándoles de comer más de 50 años.
Entre los motivos, según los propietarios del bar, se presentó un técnico del Ayuntamiento y les indicó que en el mismo emplazamiento donde se encuentra el bar, quieren montar un bloque de viviendas y les dieron un plazo de 10 días, que justo se cumple hoy.
Todo comienza hace 6 meses cuando un inspector de Hacienda visita su cafetería y le indica que el suelo de la misma no pasaba la inspección, ni tampoco la titularidad del negocio, hasta ese momento a nombre del padre de Alejandro, ya fallecido.
Invirtió todos sus ahorros es restaurar la superficie e intentó cambiar la titularidad del negocio, pero urbanismo le puso problemas.
Un equipo del programa se desplazaba hasta este negocio familiar y hablábamos en directo con Juani y su marido.
La propietaria se mostraba muy dolida, pero aseguraba que no iba a dejar que cerrasen el negocio: "Yo no me voy a mover de aquí hasta que me puedan ayudar o me den otro negocio, este es nuestro único sustento de vida".
Entre las explicaciones que les ha ofrecido el Ayuntamiento, Juani era clara al respecto: "Solo me han dicho que aquí va un bloque de viviendas y mi kiosco no cabe en ningún lado".
Para evitar que derriben el negocio abierto durante más de 50 años, Juani asegura que está dispuesta a cualquier cosa: "Yo si hace falta voy a dormir aquí porque es con lo que doy de comer a mi familia".