Prostitución encubierta en el centro de Madrid: centros de estética en los que dan masajes “y algo más”

La Policía Local ha llevado a cabo una operación contra la prostitución en el centro de Madrid. Los agentes han desmantelado un centro de prostitución encubierta en una casa regentada por un matrimonio chino en la que, supuestamente, se ofrecían masajes. Cobraban 130 euros por un servicio con final feliz. En Noticias Cuatro hemos estado en una de las calles de Madrid donde estos locales y lo que ofrecen es un secreto a voces.

Llegamos a la calle Leganitos, en pleno centro de Madrid. Aquí, en apenas 200 metros de acera, hay más de diez centros de estética orientales que utilizan como reclamo carteles en los que se puede leer ‘uñas y masaje’. Pero estos centros no son solo de estética, en estos locales se dan masajes “y algo más”, dice un vecino. Es un secreto a voces en el barrio.

Vemos cómo actúan y qué es lo que ofrecen. En solo cinco minutos apostados en la calle podemos comprobar como cada hombre que pasa solo es abordado por las mujeres que están en las puertas de estos locales. Los vecinos confirman que el trasiego es constante, “en cuanto pasa un hombre solo te proponen masaje, con una sonrisa”.

Desde fuera parece un simple centro de estética donde hay varias clientas haciéndose la manicura, pero llega el primer cliente. Un hombre entra al local y le llevan al fondo, a una zona más privada y una de las chicas se queda en la puerta, controlando.

En la zona hay un gran hermetismo sobre estos locales

Hay veces que los derivan a otro centro donde entran por un pasillo a una de las habitaciones. “Todos los hombres van a masaje cuando entran a las salas privadas, allí hay un final de sexo”, explica un testigo.

Al descaro de ofrecerse se une el hermetismo en la zona, pero ese silencio se pierde en los chats de usuarios de prostitución. Allí lo explican sin tapujos, dan las direcciones y lo que hacen. Cobran 50 euros por el masaje con el conocido final feliz.

Así funciona este negocio de prostitución encubierta en plena calle a pocos pasos de la Gran Vía de Madrid donde, además, en la acera de enfrente hay una comisaría de policía.

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