En el ámbito laboral, el despido es una de las situaciones más delicadas a las que puede enfrentarse un trabajador. Cuando se produce un despido procedente, es decir, cuando la empresa alega razones justificadas para romper la relación laboral, muchos trabajadores se sienten desprotegidos. Sin embargo, incluso en estos casos, existen derechos que debes conocer para asegurarte de que el despido se realiza conforme a la ley. A continuación, te explicamos cómo defender tus derechos en estas situaciones.
Un despido procedente es aquel que tiene causas objetivas o disciplinarias que justifican la decisión de la empresa de poner fin a la relación laboral. Según la legislación laboral española, el Estatuto de los Trabajadores establece las causas por las que una empresa puede alegar un despido procedente. Estas causas pueden incluir:
A pesar de que el despido pueda ser considerado justificado, el trabajador sigue teniendo derechos y puede recurrir a los mecanismos legales si considera que la empresa no ha cumplido con los procedimientos adecuados.
Aunque el despido sea procedente, no significa que el trabajador pierda automáticamente todos sus derechos. De hecho, hay varios aspectos a tener en cuenta para asegurarse de que la empresa ha actuado conforme a la ley:
1. Carta de despido
El primer paso en cualquier proceso de despido es la carta de despido. Este documento es clave, ya que debe contener las razones concretas que justifiquen el despido, así como la fecha efectiva en la que este se llevará a cabo. Si la carta de despido no incluye una justificación clara o está mal redactada, el despido podría ser impugnado.
2. Indemnización
En los despidos procedentes por causas objetivas, el trabajador tiene derecho a una indemnización de 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. Sin embargo, en los despidos disciplinarios procedentes, no existe derecho a indemnización.
Es importante calcular correctamente la indemnización, y si no estás de acuerdo con la cantidad recibida, puedes reclamar. Para ello, es recomendable consultar con un abogado laboralista que te asesore sobre si la cantidad que te han ofrecido es la correcta.
3. Preaviso
En los casos de despido por causas objetivas, la empresa está obligada a notificar el despido con al menos 15 días de antelación. Si la empresa no cumple con este preaviso, deberá abonarte los días de salario correspondientes a dicho periodo.
4. Derecho al paro
Incluso en caso de despido procedente, el trabajador tiene derecho a percibir la prestación por desempleo si cumple con los requisitos establecidos, como haber cotizado un mínimo de 360 días en los últimos seis años. Este es un punto fundamental a tener en cuenta, ya que muchos trabajadores creen erróneamente que perderán el derecho al paro en casos de despido procedente.
Si crees que el despido ha sido injusto o no se ha seguido el procedimiento adecuado, puedes impugnar el despido. Para ello, es necesario presentar una papeleta de conciliación en el plazo de 20 días hábiles desde la fecha del despido. Este proceso tiene como objetivo llegar a un acuerdo con la empresa antes de acudir a los tribunales.
En caso de que no se alcance un acuerdo en la conciliación, el trabajador puede presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social. Es recomendable contar con el asesoramiento de un abogado especializado para aumentar las posibilidades de éxito.
Existen varias razones por las que podrías impugnar un despido procedente, entre ellas:
En casos de despido procedente, es fundamental que conozcas tus derechos y actúes de manera informada. Aunque la empresa alegue causas justificadas para el despido, siempre es recomendable revisar si se han seguido los procedimientos correctos y si el despido cumple con la legalidad. Si tienes dudas, no dudes en acudir a un abogado laboralista para que te asesore y te ayude a defender tus derechos. Recuerda que la ley está de tu lado y te ofrece herramientas para evitar abusos en el ámbito laboral.
*Este texto ha sido generado con ayuda de Inteligencia Artificial, guiado y editado por el autor.