El pasado mes de octubre, el Tribunal Supremo puso punto y final a uno de los casos más mediáticos de Córdoba, el asesinato de Juan Carlos, un enfermo mental de la localidad de La Carlota. Sin embargo, su familia quiere que se reabra el caso porque quieren penas más duras y que se haga justicia.
Son tres las piezas claves para entender este caso. Juan Carlos, que fue asesinado y enterrado en la vivienda familiar. Un falso cura que se disfrazaba como si lo fuera, condenado a 25 años de prisión por la muerte de Juan Carlos y por último, el hombre que puso en contacto a la víctima con el verdugo.
Este abogado, solo ha sido condenado por estafa y por eso la familia quiere que se reabra el caso. Juan Carlos tenía problemas mentales y esquizofrenia, una condición que su asesino aprovechó.
El 24 de octubre de 2017, la familia de Juan Carlos denuncia su desaparición. Las declaraciones de un vecino son claves para la investigación: "Le vi con una persona que llevaba un alzacuellos como si fuera un cura". Un año después, la guardia civil encontró el cadáver de Juan Carlos, estrangulado y enterrado en su patio.
La Audiencia Provincial de Córdoba no dudó en culpar al falso cura que le engañó, estafó y asesinó, aunque en este macabro crimen hubo alguien más, Joaquín, con quien Juan Carlos contactó para pedir ayuda, un abogado que aprovechando su condición le vinculó con Pedro, su asesino.
Alberto comenzaba señalando que a su hermano lo mataron para robarle 40.000 euros y en el momento que recordaba la nobleza de su hermano, Alberto se derrumbaba: "Era muy noble, donaba mucho dinero a ONGs, el dinero no le importaba y ante cualquier desgracia, duplicaba las donaciones y daba todo lo que tuviese".
Sobre los antecedentes del falso cura que mató a su hermano, aclaraba que ya tenía siete antecedentes en Madrid por robo con violencia y en el momento que acabó con la vida de su hermano estaba en busca y captura.