La AEMET y todos los medios de comunicación avisaron el 29 de octubre sobre la peligrosidad de la DANA que se acercaba. Se activaron los avisos y, a partir de ahí, se produjo una secuencia de hechos que acabó con la destrucción de varios municipios de Valencia. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, sigue en el punto de mira mientras que la consejera de la Generalitat Valenciana reconoce que desconocía el sistema de alertas que se usó ese día.
La primera preocupación llegó con el caudal del río Magro a su paso por Requena o por Utiel el día 29 de octubre por la mañana. Desde primera hora, había alerta naranja por lluvias y tormentas en toda la provincia. Se pidió precaución, se cerraron algunos colegios y, a partir de las 11:00 horas, empezaron a llegar las alertas hidrológicas.
La primera alerta hidrológica, sobre el cauce del río Magro, llegó a las 11:45 horas. Todo el agua que cae en la zona Utiel y Requena la recoge el río y las dos poblaciones se vieron inundadas desde la mañana. Toda esa agua siguió su camino hasta la presa de la Forata, que a mediodía había recibido 5.000 millones de litros de agua aunque estaba lejos de su límite de capacidad. La mayor preocupación se centró en el cauce del Magro y en su llegada a las poblaciones de Llombai, Calet o Alzira, que en ese momento ya estaban inundadas a las 15:00 horas.
A esa hora, la preocupación por Chiva, Paiporta o Massanassa no era intensa, pero a las 18:00 horas cambió todo. El barranco del Pollo se disparó y en dos horas pasó de 100 a 2.000 metros cúbicos por segundo hasta arrasar con la localidad. La avenida siguió su curso hasta Paiporta, Massanassa, Catarroja, Sedaví y el resto de pueblos. A las 20:00 horas, la preocupación por el río Magro queda en segundo plano y mandaron la alerta a los móviles, cuando varios ciudadanos de los municipios más afectados estaban atrapados en medio de las riadas.
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