Después de que la DANA azotase brutalmente la Península, una oleada de voluntarios se lanzó a las calles para tratar de ayudar a los afectados por la riada. Miles de personas se han dedicado durante días a limpiar los escombros de las calles y retirar el barrizal que inundó numerosos hogares ante la tardía llegada de los servicios de emergencia. Aun así, hay que tener en cuenta que en muchas localidades no se está limpiando de la forma correcta y puede traer graves consecuencias.
Durante estos días hemos podido ver cómo los voluntarios cogían sus escobas y palas y arrastraban todo el barro hacia las alcantarillas, pero esta no es la forma correcta de deshacerse del lodo, ya que existe riego de atasco. Como explica Luis Mediero Orduña, Catedrático de Hidráulica de la Universidad Politécnica de Madrid, “todo ese barro lo que va a hacer es solidificar, va a reducir capacidad en el alcantarillado”.
A medida que pasen los días el lodo se seca y va a crear un tapón. Además, si vuelve a llover como está previsto y como está ocurriendo en las últimas horas, las alcantarillas no van a poder tragar toda el agua que caiga, provocando nuevas inundaciones. Además, cabe el riesgo que vuelva a entrar en las casas “por los desagües, por los retretes” porque “ese alcantarillado no va a ser capaz de desaguar”.
¿Cuál es el remedio? Los expertos insisten en que se necesita maquinaria especial: “No hay que llevarlo a las alcantarillas, hay que llevarlo de alguna manera o de otra a otro sitio”. Los ayuntamientos llevan reclamando días maquinaria pesada, pero en pocas localidades ha llegado. Ya han empezado a advertir a los vecinos del peligro que puede suponer esta manera de retirar el lodo mediante comunicados: “No empujar el fango y la basura a las alcantarillas. Se bloquearán y rebosarán las aguas fecales(...) El fango se retira con máquinas”.
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