Casi un centenar de personas han sido detenidas por saquear comercios y casas en ruina. En los centros comerciales, donde tuvieron que refugiarse muchos ciudadanos, se produjeron varios hurtos en los negocios. Según informa Raquel Duva, se enfrentan hasta seis años de prisión por robar en plena tragedia con ánimo de lucro. Mientras, en la otra cara de la humanidad, miles de valencianos recorren varios kilómetros para aportar su ayuda a las poblaciones más devastadas.
“Vais a flipar. Están vendiendo agua que robaron en una tienda a cinco euros la botella”, dice una mujer indignada. La desesperación es absoluta. Muchos entran en los supermercados para llevarse agua y comida.
Bajo la oscuridad, hay quienes aprovechan para saquear en comercios y casas abandonadas. Los agentes de los grupos de seguridad y reserva de la Guardia Civil han establecido un dispositivo con el objetivo de evitar robos en locales, vehículos y viviendas de Paiporta y Picanya, la zona cero de la DANA.
Pero no dan abasto. Los vecinos organizan patrullas ciudadanas que, durante toda la noche, recorren las calles tratando de impedir pillajes y saqueos. Buscan dispositivos electrónicos, joyas y otros objetos de valor para venderlos. La Policía Nacional también se encarga de prevenir la delincuencia y ya han detenido a 50 personas y han recuperado multitud de efectos sustraídos. Los arrestados han pasado a disposición judicial y la Fiscalía ha pedido el ingreso en prisión para ellos por intentar lucrarse de esta tragedia.
“Nos duele a los ciudadanos que creemos que tenemos los valores necesarios para vivir en sociedad. Esos sucesos de pillaje que parecen ajenos a una mínima humanidad. Policía Nacional y Guardia Civil trabajarán conjuntamente sin diferenciación de zonas de despliegue”, señala el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Una de las detenciones se produjo a medianoche. La Policía Nacional arrestaron en Aldaia a cinco hombres, de entre 24 y 41 años, por sustraer 80 joyas valoradas en más de 30.000 euros en un centro comercial. Los agentes observaron cómo varios hombres -que conducían tres motocicletas- abandonaban "a gran velocidad" el centro comercial Bonaire de Aldaia. Los arrestados huyeron y pusieron en peligro la integridad física de los agentes al no poder circular con los coches. Al final, fueron interceptados y detenidos, tras resistirse y arremeter contra los agentes.
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