La DANA que ha azotado de forma trágica Valencia y Castilla La-Mancha ha roto los registros de lluvia acumulada desde 1996. Según nos informa Nuria Seró, meteoróloga de Mediaset, la provincia de Valencia es la que más lluvia ha registrado, alcanzando los 491 litros por metro cuadrado en la localidad de Chiva. Las corrientes convectivas y la alta temperatura del mar Mediterráneo han creado el cóctel perfecto para la DANA más extrema del siglo.
Solo en la provincia de Valencia, la Aemet destaca la precipitación caída en Chiva con casi 500 litros por metros cuadrado y más de 400 en Chera, al lado de Cheste. Se han registrado más de 300 litros por metro cuadrado en Pedralba, Turís o Siete Aguas. También encontramos cifras muy significativas en Requena, Buñol y Utiel.
No es la primera vez que esa zona sufre DANAS extremas. En septiembre del 1982 las intensas lluvias provocaron la rotura de la presa de Tous, en el río Júcar, la inundación de la mayoría de las comarcas de la Ribera Alta y Baja y la muerte de 8 personas.
También en el 1996 un temporal dejaba importantes inundaciones que se concentraron en la zona de Tabernes. Y el último o episodio de grandes lluvias se registró en el año 2019 y afectó al sur de la Comunidad Valenciana y a Murcia.
La DANA que arrasó con varias localidades de la provincia de Valencia y de la comunidad de Castilla La-Mancha estaba prevista según explica Rubén del Campo, portavoz de la Aemet. La zona mediterránea estaba en alerta roja que “se emite cuando el riesgo es extremo, cuando la situación es extraordinaria, hablamos de una situación que puedes ser catastrófica”.
A pesar de los avisos, ni siquiera los expertos esperaban una DANA como la ocurrida. Las previsiones hablaban de entre 150 y 200 litros por metro cuadrado en 24 horas, pero la realidad lo superó con creces. En puntos como Chiva, cayeron más de 400 litros en solo unas horas.
Ocurrió lo que los expertos llaman un tren convectivo o, lo que es lo mismo, un tren de tormentas que te pasan por encima una tras otra. “Todo ocurre como si viéramos solo un vagón cuando en realidad están pasando un conjunto de vagones, en tren que va pasando sobre la misma zona”, explica Francisco Martín, meteorólogo de Meteored.
Además, ese tren viajaba con gasolina extra que es “el calor acumulado en el agua del mar Mediterráneo. Es el factor que provoca que estas nubes convectivas muevan cada vez más energía”, explica Jorge Olcina, climatólogo de la universidad de Alicante.
El problema es que ese calentamiento de la atmósfera y los océanos está yendo a más. “Nuestro clima tiende hacia el extremo”, advierte Olcina, “precisamente porque tenemos un Mediterráneo que cada vez se calienta más”.
En esta situación cada vez es más difícil predecir DANAS como esta. “Son fenómenos locales, muy violentos”, afirma Rubén del Campo, “y los modelos de predicción muchas veces nos son capaces de determinar en qué zona concreta, en qué momento y qué cantidad van a caer las tormentas más intensas”.
Los modelos de predicción se quedan cortos y el sistema de alertas también. “Hay que cambiar el código de colores y señalar claramente que una alerta negra significa que tu vida corre peligro”, afirma Jorge Olcina. Porque DANAS como estas las ha habido siempre, pero hablamos de intensidad y de frecuencia, cada vez serán más intensas y frecuentes.
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