Escuchar al cuerpo y ser conscientes de él es una tarea esencial para desarrollar nuestra inteligencia sensorial. A través de ‘Zensorialemente: Dejá que tu cuerpo sea tu cerebro’, el biólogo argentino Estanislao Bachrach nos explica la importancia conocer nuestro cuerpo para tomar mejores decisiones e incrementar nuestra inteligencia, tal y como informa Aldara Martitegui en el video.
El doctor en biología molecular publica ‘Zensorialmente’ con el objetivo de “aprender a sentir lo que sentimos”, “escuchar, registrar y entender a nuestro cuerpo y su relación con el cerebro”. Tras ‘EnCambio: Aprende a modificar tu cerebro para cambiar tu vida y sentirte mejor’ y ‘Ágilmente: Aprendé cómo funciona tu cerebro para potenciar tu creatividad y vivir mejor’, el argentino nos sorprende con otra de sus investigaciones sobre neurociencia.
Como bien comenta el doctor “en el cuerpo hay neuronas y todos los órganos, las vísceras, músculos, tendones, páncreas, intestino, corazón, pulmón tienen neuronas y están permanentemente enviando información al cerebro”. Esta información que el cuerpo provee al cerebro, según el autor, es clave para convertirse en "una persona que cada vez se arrepiente menos de las decisiones que toma en su vida y que quiere generar bienestar en su día”.
La realidad es que “somos mucho más que un cerebro y mientras el cerebro puede mentirte, el cuerpo no”. “Cuando el cuerpo siente algo, te lo hace saber”, ya bien sea mediante dolor, alivio, angustia o incluso mediante una enfermedad. El cuerpo habla, y según el científico, lo que falla “es que no sabemos escucharlo”.
La falta de enseñanza sobre neurociencia en los colegios ha provocado que una parte de nuestra inteligencia no sea desarrollada, como comenta Bachrach: “En la educación, en general, hablamos de ser inteligentes, tomar buenas decisiones, de la parte racional (...) No nos enseñan sobre escucharnos, sentirnos.” Hay un tipo de inteligencia “que tiene que ver con el cuerpo”. Además, “cuanto más sabes de tu cuerpo, más inteligente eres y mejores decisiones tomas”.
El autor nos enseña en esta investigación, una vez más, "pequeñas sutilezas de la información del cuerpo, que cuando uno las aprende a escuchar, cambian el día"
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