Sala de reducción de daños, una iniciativa de los centros de acogida: "El alcohol atrapa, se mete en ti"
El centro de 'San Isidro' trata de ayudar a personas alcohólicas en la sala de reducción de daños
Vasile, residente del centro: "La bebida me ha arruinado, tengo muchas enfermedades"
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El INE deja cifras abrumadoras sobre el riesgo de exclusión en nuestro país: 28.552 personas se encuentras en este estado. Afortunadamente, más de 11.000 de ellas ya residen en centros de acogida, lugares que se han convertido en la esperanza de muchos. Su labor e iniciativas hacen estas personas recuperen las ganas de vivir y se liberen de los motivos que les han traído hasta ahí.
El centro de acogida público 'San Isidro' alberga más de 240 historias en su interior. Personas que lo han perdido todo, sin hogar, sin trabajo, encuentran entre sus paredes un refugio. El centro actualmente organiza la sala de reducción de daños, una iniciativa donde se les ayuda a personas como Vasile, María y Francesco a dejar su alcoholismo. En esta sala, los profesionales les dan pautas para recuperarse, siempre supervisados por un médico. Maribel Cebreros, directora del centro, nos comenta cómo está respondiendo el proyecto: "En torno a cuatro personas están funcionando y están ahora mismo en vida autónoma".
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Las historias de Vasile, María y Francesco
Vasile, de 59 años, se ha atrevido a dar el paso para intentar curarse y rehacer su vida: "La bebida me ha arruinado, tengo muchas enfermedades". A Vasile, le dosifican el alcohol para que pueda dejarlo. Simplemente el paso de pedir ayuda, ya es un avance, como comenta la directora: "Es muy importante que la persona acepte entrar en la sala. A partir de ahí, se empeiza un trabajo con él".
María, otra de las asistentes a la sala se ha querido abrir con nosotros y contar su historia: "Desde que murió mi madre esto no es vida. Me ha robado mi propio hijo la herencia". María se refugió en el alcohol para apaciguar su dolor: "El alcohol atrapa, se mete en ti". Francesco cayó también en la adicción, que le llevó a desarrollar un trastorno mental: "Yo tenia una depresión, pero ahora me he recuperado". Francesco ha comenzado a pintar y a descubrirse a sí mismo dentro del centro.
Tres historias marcadas por las adicciones. Tres historias llenas de esperanza. Vidas que vuelven a estar encaminadas gracias a los profesionales de los centros de acogida.
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