¿Sientes hormigueo en las piernas? ¿Calambres que te impiden dormir? Esto puede ser por el síndrome de las piernas inquietas (SPI), una enfermedad que se diagnostica solo en un 10% de los casos. Tal y como informan Montse Ávila, Hildegard Romero y A. Garía en el video, este síndrome afecta a más de dos millones de personas, pero la gran mayoría no son conscientes de ello. El insomnio y el dolor son algunas de las consecuencias más comunes de este tipo de patología.
También conocido como Síndrome de Willis-Ekbom, el SPI es un tipo de trastorno neurológico que afecta a las piernas, provocando incluso calambres en ellas. "Es como la sensación de hormigas que van paseando. Esta es la mejor manera de explicarlo", declara Eduard Estivill, doctor de la Clínica del Sueño en el video. Uno de los grandes problemas de esta enfermedad es el desconocimiento de ella y la falta de diagnóstico. Muchas veces a "los pacientes les da vergüenza explicar esto (los síntomas) cuando van al médico, por eso tardan tantos años en diagnosticarlo". Esto puede derivar en una situación aún más grave, ya que los afectados tienden a automedicarse por el desconocimiento, empeorando el cuadro.
La mayoría de las personas acuden a consulta con un cuadro de insomnio que incapacita a la mayoría de los afectados a llevar una vida normal. Esperanza López Maqueira, paciente de SPI desde su primer embarazo a los 20 años, explica cómo de duro es su día a día: "Te incapacita para trabajar las ocho horas normales. Es imposible, porque si no duermes, estás todo el día que te caes". La falta de descanso se debe a la imposibilidad de mantenerse quieto cuando aparecen los síntomas: "Empieza y te tienes que levantar de donde estés, del sofá o de la cama", declara Esperanza.
El diagnóstico del Síndrome de las Piernas Inquietas suele ser crónico, pero los síntomas se pueden tratar. Lo primero es identificar las posibles causas del cuadro, ya que, según la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), en aproximadamente el 20% de los casos hay otras situaciones médicas que pueden provocar la aparición de síntomas, como la anemia, el embarazo o la insuficiencia renal. El origen de la enfermedad es atribuido por varios profesionales a la falta de dopamina y según el doctor Estivill, se desconoce "por qué se produce".
La falta de tratamiento puede derivar en crisis nerviosas y depresión, por lo que la medicación en la mayoría de cuadros es esencial. "Son tratamientos que se dan para el Párkinson y lo tomamos en dosis pequeñitas", explica Esperanza. La SEMI aporta algunas recomendaciones también para disminuir los síntomas, como mantener un horario de sueño regular, realizar ejercicio físico y reducir el consumo de sustancias como el café, el alcohol y el tabaco.
La investigación acerca del Síndrome de las Piernas Inquietas es esencial, además de la concienciación y el rápido diagnóstico, ya que para pacientes como Esperanza, puede significar "un sinvivir"
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