El estudio 'El proceso de cese de la conducción en personas mayores' de la Fundación Mapfre ha puesto el foco en la seguridad al volante de los conductores de más de 65 años. Ellos registran menos siniestros que los más jóvenes. A sus 78 años, sigue cogiendo el coche todos los días. Él expresa: “Yo vivo en el coche. Toda mi vida conduciendo”. Manuel Rueda se siente bien para conducir y no le gustaría tener que dejar las llaves: “El día que me lo quiten, pues bueno, una falta de autonomía”.
Sin embargo, Rafael del Olmo tiene 77 años y solo lo coge cuando lo necesita: “Cojo el coche con mi mujer, que ella también me echa una mano”. El 45% de los exconductores mayores reconoce haber dejado de conducir de manera forzada por las personas de su entorno. Rafael del Olmo dice: “No me gustaría que me dijeran que ya no puedo conducir más”.
Los accidentes de mayores de 65 años son entre un 25% y un 50% menos frecuentes que los jóvenes. Manuel Rueda afirma: “Más experiencia y más prudentes. Porque (los jóvenes) conducen más agresivamente”. El caso es que los mayores de 65 años son más vulnerables cuando sufren lesiones de tráfico, por eso hay que estar muy atento a las señales.
Jesús Monclús, director del área de prevención y seguridad vial de Fundación Mapfre, explica: “El principal síntoma del deterioro cognitivo en la conducción probablemente es que algo cambia. Tenemos más roces, más sustos, vamos con más estrés, nos pitan más”. Recomiendan no quitar las llaves injustificadamente. Manuel Rueda declara: “No por el hecho de que sea mayor me considero un peligro”.
La edad media en la que los conductores españoles dejan de conducir es a los 75 años, pero en casi la mitad de los casos lo hacen “obligados” o por sugerencia de gente cercana, no de manera voluntaria. El 44% de las personas que dejaron de conducir consideran que han reducido su nivel de independencia. Según los expertos, dejar de conducir puede convertirse en algo traumático para muchos mayores, principalmente cuando no existen alternativas de transporte público.
Las conductoras suelen dejar de conducir antes que los hombres. Isabel Sala, neuropsicóloga de la Unidad de Memoria del hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, destaca que el porcentaje de mujeres que sigue en la carretera, más allá de los 65 años, se ha duplicado.
El deterioro cognitivo de las personas mayores en la seguridad vial -que aumenta entre un 4,6% y un 20% a partir de los 65 años- se traduce en una mayor confusión con los pedales, lentitud para incorporarse a un carril y dificultad para mantenerse sin salirse de él. El informe recuerda que este deterioro suele resultar más difícil de diagnosticar que las condiciones físicas en las fases iniciales.
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