Queda solo una semana para que terminen los niños el colegio y para muchas familias no es una buena noticia. Según informa Marta Aguirregomezcorta en Noticias Cuatro, en España hay 850.000 niños con la beca de comedor, por lo que cuando acaben las clases, se quedan sin su comida principal del día. Bárbara es madre soltera de dos hijos, uno de ellos con discapacidad no lo tiene fácil.
Ella tiene un trabajo temporal desde diciembre. Bárbara comenta: “Antes de diciembre he tenido una inestabilidad laboral bastante considerable, lo cual ha hecho que me vaya endeudando con microcréditos y créditos personales. Para ella es bastante complicado llegar a final de mes. Bárbara cuenta: “Si quieres intentar hacer alguna cosilla, por mínima que sea, lo voy arrastrando”. En la nevera tienen lo justo y Bárbara dice: “Si la abres vas a encontrar marcas blancas y cosas que hay de oferta”.
Ella no consigue dar siempre de comer bien a sus hijos, ante lo que ella expresa: “Te frustra, te come un poquillo por dentro”. La beca del comedor escolar es su salvavidas. Bárbara expone: “Cuando no puedes darles una comida más decente, pues es un apoyo fundamental en su crecimiento”. Es necesario destacar que el 13% de la población española no puede acceder a alimento de forma regular.
En verano la situación se complica. Bárbara declara: “El hecho de que no esté disponible el comedor escolar se nota, porque es un gasto más que tienes”. El 30% de la población infantil está en situación de pobreza, pero apenas el 13% recibe beca de comedor. Una beca que termina cuando acaba el curso. Pilar Orenes, director general de la ONG Educo, afirma: “Es una alimentación que es clave para su educación y para su desarrollo físico y psicológico”.
Ada tiene una hija de cuatro años y está en paro. Ella comenta: “El único ingreso que tengo yo ahora mismo es el Ingreso Mínimo Vital”. Este supone 800 euros mensuales y 700 se gastan solo en el alquiler del piso. Ada cuenta: “Me sobran 100 y de ahí yo tengo que hacer malabarismo para pagar el cole y los gastos de la casa”. Ella echa de menos productos básicos en su nevera, como “carne” o “pescado”. El comedor escolar le da un respiro, ella reconoce: “La comida y los nutrientes que yo no me puedo permitir”.
Según el informe ‘Los derechos de la infancia no se van de vacaciones’ de la ONG Educo, solo uno de cada siete colegios reconoce que los niños con beca de comedor tienen garantizada una alimentación sana los 80 días que dura el cierre estival de los centros. Con el fin del curso, más de 850.000 se quedan sin esta ayuda, pero solo son una parte de los 2,7 millones de niños que viven en situación de pobreza.
Pilar Orenes asegura: “Su derecho a la alimentación está en entredicho. Existen algunas ayudas de las administraciones (ministerios, comunidades autónomas, ayuntamientos o diputaciones) o de entidades sociales para garantizar esa comida, pero es muy difícil saber a cuántos niños o si cubren todos los meses de verano”.