La pobreza visual: así sobreviven las familias que no pueden comprar unas gafas o unas lentillas
Mercedes es una de las personas que tiene unas gafas gracias a proyectos como 'Miradas Solidarias'
Taufik tiene que ahorrar en la comida para comprarle unas gafas a su hija
En España hay 800.000 menores afectados por la pobreza visual
Las gafas y las lentillas se convierten en un artículo de lujo para algunas personas en España. El Estado incluirá el coste de ambos entre las coberturas de la Seguridad Social a partir de 2025, ya que hay familias como las de Mercedes o de Taufik que no pueden permitírselo. Según informa Diego Arce y Ricard Martín, ellos tan solo pueden acceder a ellas a través de iniciativas sociales como la de ‘Miradas Solidarias’.
Es el caso de Mercedes, quien tiene pocos recursos y acude a ‘Miradas Solidarias’ para obtener unas gafas. “Después de trabajar y tener 35 años cotizados, mira con lo poco que me he quedado”, confiesa la mujer. Gracias a este proyecto, puede ver bien. “Cada año voy y lo solicito. Hace poco me sacaron cataratas en un ojo”, añade.
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“Quito comida para ahorrar y le pongo postre un día sí y otro no”, afirma Taufik
El Centro Universitario de Visión de Terrasa también aportan su grano de arena: “Ellos no tienen que pagar nada, son los propios alumnos los que atienden a las personas desde que llegan hasta que se les entrega unas gafas”. Sin este apoyo, Arturo no podría comprarles unas gafas a sus hijas. “Me hubiese costado más porque con el precio de las ópticas es difícil y ellas las usan para el colegio y para el estudio”, reconoce.
En España hay 800.000 menores afectados. Entre ellos, está la hija de Taufik. “El sacrificio que estoy haciendo es que quito la comida para ahorrar. El postre es un día sí y un día no”, cuenta el padre, quien asegura que se gasta 600 euros cada año. Con la aportación de ‘Save the Children’, adquirirlas es un poco más fácil, pero sigue siendo insuficiente. “Si tuviese ayuda, en vez de un vaso de leche pequeño le daría uno grande”, concluye sobre una problemática en la que no deberíamos mirar hacia otro lado.