El regalo de Obdulia a Carlos, ambos con discapacidad intelectual, por su vigésimo aniversario de boda

  • Ambos se conocieron en la Fundación Juan XXIII: “Nos gustamos y la entré”, confiesa Carlos

  • Hace poco Obdulia donó un riñón a Carlos: “Es algo más que un regalo”, explica él

  • Carlos y Obdulia tienen discapacidad intelectual y viven de manera autónoma, con el apoyo de sus familias

Obdulia y Carlos se conocieron hace 20 años en López de Hoyos (Madrid), lugar donde estuvo la primera sede de Fundación Juan XXIII. Carlos tiene 55 años y Obdulia 54, ambos con discapacidad intelectual. Desde el inicio entraron siendo trabajadores de la entidad y cuando salían a las 15.00h quedaban para comer. “Nos gustamos y la entré”, confiesa Carlos en una entrevista con Noticias Cuatro.

Carlos la llevaba después a casa y así, poco a poco, se fueron conociendo. Carlos desarrolla su trabajo en manipulados de Marketing y Obdulia empezó en manipulados, pero luego promocionó a la línea de catering. Viven de manera autónoma, con apoyo familiar.

“Discutimos, como en todas las parejas”, dice Carlos. “No he querido tener hijos porque no tengo el instinto maternal que hay que tener”, explica Obdulia.

Carlos tiene carné de conducir con vehículo propio. Siempre han contado con el apoyo de los patronos que crearon la fundación y de la dirección, hasta el punto de que se casaron el 1 de mayo de 2004 y fue invitado el director general de la misma. “El momento más feliz de estos veinte años fue un viaje en un crucero por las islas griegas”, revela Carlos.

Este año, demostraron su amor y respeto al ser compatibles en la propuesta de donación de riñón de Obdulia a Carlos, quien estaba esperando el mismo desde hace tiempo.

Es el mejor regalo de aniversario de boda. “Eso es algo más un regalo”, dice Carlos. Ahora el único sueño de esta admirable pareja es “tener salud y vivir tranquilamente”.

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