Un estudio de la Universidad de Nueva York, publicado en la Revista PLOS ONE, demuestra que todo lo que no sea trabajar de 9:00 a 17:00 es malo para la salud. El estudio ha cogido a 7.000 personas de aproximadamente 20 años con un horario no estándar, es decir, turnos de noche, cambios de turno constantes o turnos partidos. Según informa en el vídeo Ana Martín, les han hecho un seguimiento durante 30 años.
Los investigadores han observado que al llegar a los 50 años tienen peor calidad del sueño, más cansancio físico y emocional, y son más propensos a sufrir depresión. Para los autores de este estudio el trabajo se ha convertido en un obstáculo para llevar una vida sana.
Para la mayoría de los trabajadores trabajar de 9:00 a 17:00 es un auténtico sueño que está muy lejos de la realidad. En un restaurante de Granada que ha abierto a la 13:00 van a servir las comidas y abrirán hasta las 00:00 y el fin de semana trabajan a jornada completa. Para ellos el horario que se propone es literalmente imposible, igual que en muchos otros sectores.
Azahara está prácticamente dentro de este horario, ella comenta que trabaja de lunes a viernes de 8:00 a 15:00. Sus beneficios ya son conocidos, Azahara expone que contribuye muy positivamente a no tener estrés y a conciliar mejor la vida familiar. Pero solo el 14% de los trabajadores en España tiene un horario fijo y continuo, la mayoría soportan turnos cambiantes o nocturnos, e incluso ambos a la vez.
Juan José Linares, médico internista del Hospital HLA Inmaculada, dice que uno de cada cuatro trabajadores tiene normalmente periodos de agotamiento y de estrés relacionados con la actividad laboral fuera de un horario marcado como saludable. Añade que, sobre todo a partir de los 50 años, genera cansancio y una fatiga crónica.
El Dr. Karol Uscamaita, neurólogo del Hospital Sagrado Corazón, afirma que esas jornadas de trabajo pueden causar enfermedades como la hipertensión arterial, el síndrome metabólico o la diabetes mellitus. También comenta que se ha podido ver que está relacionado con una mortalidad más precoz.
El estudio refleja que el 26% de los participantes trabajan en horas estándares estables y el 35% lo hace principalmente en esas horas. El 17% empezó trabajando en horas estándar con 20 años, pero pasaron a patrones de trabajo que son volátiles con combinaciones de tarde, noche y horas variables. Otro 12% comenzó también trabajando en horas estándares, pero pasaron a horarios variables.
Un dato muy sorprendente es que las personas que tenían horario de trabajo estables con 20 años y pasaron a jornadas volátiles a los 30 están relacionadas con un nivel educativo inferior al de la educación secundaria. También se pudo concluir que los afroestadounidenses tenían más probabilidades de tener trabajos con estos horarios perjudiciales.