Los principales afectados por la guerra arancelaria son los propios consumidores, incluidos los votantes de Donald Trump. Hoy, el subdirector de Noticias Cuatro, José Luis Fuentecilla, acude al plató de Noticias Cuatro vestido de votante de Trump del Medio Oeste para ejemplificar lo que supone esta tensión entre EE.UU y China.
Fuentecilla muestra la gorra icónica del ‘trumpismo’, comprada en noviembre a escasos metros de la Casa Blanca: “Trump la lleva casi a todas horas y sus votantes más fieles la exhiben como símbolo de adhesión. Bien, pues está fabricada en China”. Lo mismo ocurre con la chaqueta de la marca ‘Schot and brothers’ de Nueva York, fabricada en el país asiático.
José Luis Fuentecilla demuestra con tan solo una chaqueta y una gorra que ambos países están relacionados: “La economía de China y de EE.UU están tan entrelazadas que incluso el atuendo más fiel del 'trumpismo' está fabricado en China. Si no negocian, esta abrupta ruptura comercial tendrá consecuencias de largo alcance en las dos economías y en el resto del mundo”.
Pese a que esta medida es perjudicial para ambos, esto se produce por una razón. “EE.UU teme el ascenso de China. Son primera y segunda economía del mundo. China ya ha superado a EE.UU como potencia exportadora. Trump quiere recuperar los trabajos industriales que se fueron a China y por eso pone aranceles exorbitantes”, indica el subdirector de Noticias Cuatro.
Para conseguirlo, “Trump decide darle una patada al sistema comercial, financiero y económico mundial”. El problema es que también ha castigado a sus aliados, una técnica que nadie ha entendido: “Entre EEUU y China se está levantando un telón arancelario como el telón de acero que dividió a Occidente de la esfera soviética en la Guerra Fría, pero entonces EE.UU sí cuidó sus alianzas”.
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