Un gran seísmo con epicentro en Birmania se ha llevado la vida de más de 1.700 personas, pero esta cifra podría aumentar. El terremoto fue de 7,7 en la escala de Richter y ha provocado grandes daños en Birmania y en países cercanos como Tailandia, India o China.
Después de este gran seísmo, se produjeron varias réplicas de gran intensidad. El domingo por la mañana un nuevo temblor de 5.5 grados de magnitud volvía a sacudir la ya maltrecha ciudad de Mandalay en el centro de Birmania.
Todo esto, dos días después del gran seísmo de 7.7 grados de magnitud que por el momento ya ha dejado más de 1.700 muertos, cerca de 3.500 heridos y cientos de desaparecidos, un balance de víctimas que, a pesar de su dimensión, se queda muy pequeño frente a los 10.000 muertos que estima el modelo predictivo del Servicio Geológico de Estados Unidos.
'En boca de todos' ha conectado con varios españoles para conocer cómo vivieron esta gran catástrofe. Vanesa Ordines y Antonio Isernia, dos españoles influencers que residen en Tailandia, empezaban comentando que todo fue de repente: "Nos pilló por sorpresa y en la calle, empezamos a ver como se movían los edificios".
En ese momento, Antonio explicaba, que en lo único que pensaron es en ponerse en un lugar seguro: "Nos alejamos de los rascacielos porque se tambaleaban, fue un momento apocalíptico".
Así mismo, Vanessa llamaba a la calma y aunque confesaba que pasaron mucho miedo en esos momentos, allí en Bangkok la destrucción ha sido mínima: "Aquí hay 14.000 edificios y solo se ha caído uno y aquí está todo normal ahora mismo".
