El iceberg más grande de nuestro planeta se mantiene en movimiento. El también conocido como A23a, se encuentra a la deriva tras haberse desprendido de la Antártida hace casi 40 años. Según informa Álvaro Berro en el video, los expertos lo vigilan de cerca, ya que los movimientos del megaiceberg podrían afectar a la vida marina, las corrientes del océano y a los barcos que naveguen por la zona.
Tras décadas encallado en el fondo marino, el coloso A23a se desplazó de las Islas Orcadas el Sur, un archipiélago de la Antártida, para acabar a la deriva por el océano Austral. Fue en 1986 cuando el megaiceberg se desprendió de la placa de Filcher para comenzar su viaje por el océano.
Los movimientos comenzaron a tener lugar en 2020 desde el mar de Weddell. Desde ese momento, miles de turistas viajan en barco para contemplar durante minutos al gigante de hielo. El A23a se comprende de 3.000 kilómetros cuadrados y se calcula que pesa cerca de un billón de toneladas.
Los expertos prevén que su navegación continúe siguiendo la Corriente Circumpolar Antártica y probablemente termine por asentarse en la isla subantártica de Georgia del Sur, donde el agua es más cálida y se espera que el iceberg acabe derritiéndose poco a poco.
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