Sudáfrica anuncia que intentará rescatar a los mineros atrapados desde hace tres meses: cien habrían muerto

Atrapados sin salida, rodeados de cadáveres y sin agua, ni comida, ni medicinas. Estas son las condiciones en las que se encuentran cientos de trabajadores atrapados en en una mina de oro ilegal en la localidad de Stilfontein, Sudáfrica. Según informa Alejandro Oviedo en el vídeo, los mineros quedaron sepultados bajo tierra hace casi tres meses. Los que lograron salir dieron la voz de alarma y fueron detenidos nada más ver la luz. Ahora, el Gobierno ha anunciado que están organizando su rescate. Una operación que llega demasiado tarde para un centenar de ellos que habrían fallecido.

Esta es la dura situación en la que llevan cientos de mineros ilegales que llevan semanas atrapados sin poder salir por sus propios medios. Decenas de ellos habrían muerto por inanición y los que continúan con vida lo hacen a duras penas, consumidos por el hambre.

Unos días después de hacerse públicas las imágenes de la situación en la que se encuentran los mineros, el gobierno de Sudáfrica ha movido ficha y ha anunciado que va a rescatar a los trabajadores atrapados. Para ello pondrá en marcha una operación que costará más de 600.000 euros.

Los mineros se encuentran en el fondo de un pozo de aproximadamente 2 kilómetros de profundidad y la única forma de entrar y salir es mediante un sistema de poleas.

No está claro cuantas personas hay atrapadas en la mina. En una primera aproximación el gobierno hablaba de cerca de 400 mineros, pero el pasado mes de noviembre un voluntario que accedió al pozo calculó que el número real rozaba los 4.000.

Esta nueva postura del gobierno sudafricano supone un cambio de opinión radical, ya que el objetivo siempre ha sido cerrar el pozo y, para conseguirlo, han llegado hasta a cortar por completo el suministro de comida y bebida para obligarles a salir a la superficie.

Una postura dura pero acorde al problema que representa la minería ilegal para Sudáfrica. En el país hay más de 6.000 minas abandonadas a lo largo del país, bien porque no son rentables, bien porque no son seguras. A muchas de ellas acceden, reclutados por mafias, los mineros ilegales, conocidos como zama zamás, que en zulú significa "persona que se arriesga". Armados con picos y cubos se adentran en estos pozos en busca de oro, en una actividad clandestina que supone más de 3.000 millones de euros en pérdidas, al año, para el país.

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